Es una anécdota conocida que a Al Capone, el terrible gánster, le pillaron finalmente por irregularidades fiscales.
Los hechos que comentamos también son conocidos. El entonces alcalde de Alhama fue acusado por el entonces jefe de Policía de Alhama de no tramitar una multa de tráfico contra su socio de gobierno.
Esto, que puede parecer una minucia, es una acusación de prevaricación, un delito grave por el que, si es condenado, Diego Conesa puede ser inhabilitado de 9 a 15 años, lo que daría al traste con todos los años de maquinaciones que le han llevado a la Secretaría General del PSOE en la Región.
Esta denuncia es, en primera instancia, desestimada en el juzgado de Totana (que, a lo mejor el que Conesa deviniera en breve delegado de Gobierno tuvo algo que ver, todo pudiera ser), obligando a José Clares a dirigirse a Fiscalía.
Dijo Conesa, en su declaración de entonces, que José Clares “olvidó” tramitar la multa. Desde luego, lo que no olvidó el equipo de Conesa fue perjudicarle a la hora de su jubilación, negándole la indemnización que le pertenecía legalmente, y obligándole a reclamarla en el juzgado.
¿A estas alturas de la película alguien pone la mano en el fuego porque Diego Conesa sea inocente de este asunto? ¿Alguna de sus actuaciones, en alguno de los sitios por donde ha pasado permite albergar alguna duda sobre su falta de escrúpulos y palabra?
Hay muchos socialistas hartos de las prácticas mafiosas de Conesa. Quizá debería cuidarse un poco más del “fuego amigo”, que cuando uno pierde la estrella, pasa como cuando saca los donetes, que salen carpetas y “amigos” desde todas partes.