Caminos mentales

Todo el mundo sabe que un médico no piensa igual que un ingeniero, un maestro o un economista. Es posible que parte de esta tendencia sea previa al estudio e incline el alma hacia uno u otro oficio, pero la mayor parte de ello es hábito, caminos que se van haciendo en la hierba a fuerza de transitarlos y que con el tiempo adquieren profundidad y dureza. No es que ninguna de esas formas de pensar sean superiores a las demás, no me voy a meter yo en ese pantano, pero sí que es verdad que resultan complementarias y que los equipos en los que cada una de ellas están representadas tienden a tener mejores resultados que aquellos en los que no.

Resultados, ya os he descubierto el camino que tiende a transitar prioritariamente mi cabeza. El ámbito científico, especialmente el biosanitario, al que pertenezco, se centra en patrones, diferencias, semejanzas y la medición de los resultados de las acciones. Un abogado va a preguntarse si lo que haces es legal y si sigues el procedimiento adecuado. Yo, irremediablemente, me pregunto si lo que haces sirve para aquello que dices o pretendes que sirva, cuales son los motivos que te han llevado a hacer eso en lugar de cualquier otro tipo de cosas, cuanto cuesta y si funciona. Es más, si hay actuaciones alternativas, tiendo a preguntarme si las actuaciones alternativas tienen o no la misma relación coste/beneficio, el por qué, y todas esas cosas que permiten avanzar a la ciencia e ir aprendiendo cosas.

El caso es que la idea fuerza que pretende vender este mes el Ayuntamiento de Alhama es que ha conseguido volver a tener “deuda cero”, y si nos quedamos en el titular, nadie puede negar que suena a algo positivo. El problema es que determinado tipo de cabezas, como la mía, son incapaces de quedarse en el titular. Lo primero que pienso es ¿Es que había deuda? ¿No se vanaglorian un día sí y otro también los socialistas de que la deuda de Alhama es inexistente y no les impide la ley de estabilidad presupuestaria crear deuda?. La respuesta es que no, que no había ninguna deuda que hayan solucionado, sino solo un desfase de pagos que generaron ellos mismos y que finalmente los funcionarios del ayuntamiento han podido solucionar.

Ingresar más de lo que se gasta, cuando uno tiene la llave para aumentar lo que se ingresa a placer y a costa de otros, y elige el nivel de servicios en los que se lo gasta, importándole poco si estos servicios son suficientes o adecuados a lo que la sociedad demanda, resulta bastante sencillo. Subimos los impuestos, bajamos los servicios y muy mal tenemos que hacerlo para acabar endeudados.

Ahora, lo que el Ayuntamiento de Alhama tiene por delante con los planes socialistas no tiene nada que ver con el aumento de la deuda, sino con la drástica disminución de los ahorros.