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Esta luz no anima al optimismo precisamente y uno ve en amarillo la posibilidad de una repetición de la victoria municipal socialista y todas las malas consecuencias que acarrearán cuatro años más de esta misma desidia, mala fe e inutilidad a la que nos han acostumbrado durante las últimas dos legislaturas

miércoles 16 de marzo de 2022, 17:52h

Ya son varios los lectores que me echan la bronca por lo poco que me prodigo por aquí últimamente. El caso es que una de las razones por las que estoy escribiendo menos es que estos días estoy haciendo un pequeño voluntariado en el Círculo Instructivo del Obrero. El equipo directivo nuevo que ha entrado tiene un proyecto atractivo y poderoso, que si son capaces de realizar por completo supondría un cambio importante en la vida social de este pueblo, y me he dejado seducir por ellos, por lo menos a ratos.

El otro día, en uno de esos ratos, tuve la oportunidad de hablar con un señor de cierta edad (de la edad de los señores del Círculo) de esos con los que da gusto hablar, y este me decía que el problema de Alhama era que los concejales no eran capaces de olvidar a qué partido pertenecían. Yo no le conocía, había entablado conversación con él por otro motivo, pero cuando me empezó a hablar mal de nuestro gobierno municipal, añorando el trabajo que se hizo en el primer gobierno democrático de Alhama, pensé automáticamente que era un señor de derechas. Cuando se fue me comentaron (siempre hay algún nomenclátor que te cuente aunque sea a posteriori) que era un socialista histórico.

Lo estaba recordando ahora que espero que llegue Jose de la Junta de Participación, porque sé que vendrá quejándose de lo malos que son, de las trampas que hacen, de la mala educación que gastan y la altanería y el desprecio con que les tratan, como hizo ayer a la vuelta de la comisión informativa del Presupuesto y como hace siempre. No sé cómo es capaz de sorprenderse siempre de eso. Supongo que esa capacidad que tiene de esperar siempre lo mejor de las personas a pesar de estar harto de saber que no es así como se van a comportar forma parte de las cosas que me gustan de él, pero yo soy mucho peor persona y, desde luego, no espero otra cosa que lo que son.

Por lo demás, será la luz extraña esta que llevamos sufriendo a cuenta de la calima sahariana, pero tengo el ánimo bastante melancólico. Esta luz no anima al optimismo precisamente y uno ve en amarillo la posibilidad de una repetición de la victoria municipal socialista y todas las malas consecuencias que acarrearán cuatro años más de esta misma desidia, mala fe e inutilidad a la que nos han acostumbrado durante las últimas dos legislaturas.

Esperemos que llueva pronto y limpie la atmósfera, aunque luego haya que manguear el barro.

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