El pleno de diciembre abordó, con polémica y salida del pleno de los concejales Juan Romero y Carolina Martínez, una moción del Grupo Popular en defensa de las libertades educativas recogidas en la Constitución.
La moción fue defendida por la edil popular María Cánovas, pero posteriormente decidió retirarla al salir adelante con los votos del Grupo Socialista la enmienda a la totalidad que, en su opinión, desvirtuaba el objetivo de la moción.
Cánovas tildó la enmienda de “vergüenza” e incidió en que la redacción de la misma entraba en contradicciones, como también había apuntado la concejal de Ciudadanos, Lali Salas.
Aunque el secretario aclaró que una moción retirada no se debatía, la edil de Educación, María José López, intervino en el plenario nuevamente por alusiones. Intervención que no gustó al concejal de Izquierda Unida, Juan Romero, que se levantó de su asiento tras dos quejas a la alcaldesa porque la intervención de López no se estaba ajustando a las pretendidas alusiones del turno de palabra que estaba realizando la edil de Educación.
Después lo haría la concejal de Vox, Carolina Martínez, y al término de la intervención de María José López ambos concejales volvieron al pleno.
La polémica sobre los turnos de intervención, recogidas en el Reglamento Orgánico del Ayuntamiento, volvió a la palestra en el turno de ruegos y preguntas de la mano de la edil de Vox, Silvia Núñez, quien apuntó que el Reglamento establece los tiempos de intervención y que, en el caso de la segunda intervención de López, se había excedido los cinco minutos reglamentarios y la respuesta no se ajustaba a la intervención por alusiones apelada.
Esta cuestión fue respondida por el concejal Antonio José Caja, quien animó a la concejal de Vox a presentar una propuesta de modificación del Reglamento si así lo estimaba oportuno para el pleno de enero y recordó que hasta ahora se había sido flexible con los tiempos de intervención de todos los concejales en las sesiones plenarias celebradas.