Como muchas otras veces que veo una película orientada por los comentarios o por algún artículo que la recomienda, acabo de ver 'Madres paralelas', de Pedro Almodóvar, y no sabía de qué trataba.
Escribo este artículo nada más terminar de verla. No quiero que nada de mi alrededor contamine mi mente, borre o difumine la sensación que me ha dejado.
No voy a contar nada de esta película, no me gusta hacer spoiler; simplemente me embargan tantos sentimientos que me es difícil no trasmitirlos de alguna manera.
La memoria histórica en nuestro país es ese asunto tan controvertido como necesario; es una deuda que seguimos teniendo con tantas y tantas familias, que continúan teniendo a familiares enterrados en alguna cuneta, tras las tapias de algún cementerio o vaya usted a saber dónde y es también la ignorancia de quién ha tratado de que todo se olvide tras una niebla de ignorancia y superchería barata.
No lo cuentes, no lo digas, que nadie se entere, miedo y dignidad.
Almodóvar no defrauda, ahonda en los sentimientos y deja ese sabor amargo a los que entendemos la Memoria Histórica como un camino necesario y obligado para seguir creciendo como sociedad.
La memoria es frágil y no perdona el paso del tiempo. Muchos jamás serán enterrados con dignidad y muchos otros vivirán entre las reliquias de tantos y tantos muertos.
"No hay historia muda. Por mucho que la quemen, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan, la historia humana se niega a callarse la boca" Eduardo Galeano.
Post data. Madres paralelas de Pedro Almodóvar.