Suelo decir que cuando, siento no escribo; más que nada porque prefiero rumiar y rumiar antes de ofrecer a los demás lo que produzco. Pero hoy tengo ganas de compartir con vosotros cierto sentimiento de satisfacción, de felicidad por el trabajo realizado. Han sido semanas intensas para preparar el Congreso Local del PP. Carreras, gestiones, cambios de última hora, papeleos, visitas y llamadas de teléfono. Ahora ya por la tarde, después de que haya acabado todo (o que todo acabe de empezar, según desde donde se mire), es tiempo de pararse a disfrutar del momento.
No ha sido lo peor del día la visita al belén de Gebas. En absoluto. Sentarnos con los vecinos, escuchar villancicos, tomar un café descafeinado con ellos y escuchar las historias sobre tiempos pasados, pero no tan lejanos, sobre la necesidad de trabajar y trabajar para conseguir las cosas más pequeñas, sobre el milagro que supuso el trasvase del Tajo para el campo de Cartagena, sobre los cambios que han sufrido estas tierras desde su juventud, cuando todo estaba por hacer y no había dinero para nada hasta ahora que, tendremos que reconocer que las cosas son más fáciles, menos crudas, ha sido lo que necesitabamos exactamente. El ruido del agua acompañaba las palabras de respeto y entendimiento, los buenos deseos expresados en voz alta.
Hoy estamos de celebración. El Partido Popular ha elegido a la mejor presidenta que podría haber escogido para los tiempos que corren, y en un día de celebración no voy a empañar la columna hablando sobre los problemas y necesidades que siguen existiendo en Alhama. Seamos serios, seguramente la semana que viene seguirán ahí. Disfrutemos este pequeño descansillo en la escalera.
Si (
No(
