Arrastres y empantanamientos

Ayer dejé a mis hijos en Casa Leiva aproximadamente una o dos horas antes de que apareciera en Facebook la noticia del deslizamiento de tierra que tuvo unas horas cortada la carretera RM 515, por lo que, aunque sabía que no había ningún peligro en principio, estuve más o menos pendiente del tema en redes todo el día.

Lo de los deslizamientos que se producen en toda esta zona es bastante curioso y una de las razones más importantes de las que condujeron a la repoblación forestal que dio lugar al Parque Natural. Por la geomorfología del terreno quedan expuestas al influjo meteorológico capas de arcillas y yesos que cuando se hidratan suficientemente se vuelven fluidas como lava, deslizando y en el caso de que soporten sobre ellas rocas calizas o dolomíticas, las arrastran con ellas como si fueran tropezones, moviéndolas a veces grandes distancias.

“Sujetar” estas tierras suele suponer un desafío ingenieril enorme. En gran parte puede conseguirse como se hizo entonces, desarrollando una cubierta vegetal cuyas raíces generen un entramado que impida ese deslizamiento, pero este método, que ha evitado históricamente que se produzcan grandes desastres, no impide que se produzcan arrastres puntuales como los que ocasionalmente se producen sobre esta carretera u otras de la misma zona.

Lo normal es que los arrastres estén ligados a lluvias importantes, aunque esta vez el corrimiento se produjo por la rotura de una tubería que empantanó la zona hasta que comenzó a deslizar. Esto que ocurrió hubiera sucedido igual con una carretera recién estrenada, y es mucho más fácil de solucionar cuando ocurre, que de prevenir, ya que hacerlo requeriría obras faraónicas y dañar considerablemente el Parque y su entorno.

Por lo demás, hablemos de la RM 515, que es lo que nos interesa a la mayoría y de lo que los concejales del PP volvieron a hablar con el secretario general de la Consejería con motivo de este incidente. Ahora mismo, la licitación de las obras de la carretera está pendiente de que el Ayuntamiento de Alhama remita dos informes que, por lo que sabemos, ya tiene en su poder, a la Consejería de Fomento.

¿Por qué no los ha mandado acto seguido a recibirlos?¿Para qué retiene los informes el Ayuntamiento? Para entenderlo habría que leer la fábula de la rana y el alacrán. Al fin y al cabo, está en su naturaleza.