Librilla ha recordado este miércoles frente al Ayuntamiento a las 41 mujeres asesinadas este año por sus parejas o exparejas. 41 sillas vacías y un minuto de silencio por todas ellas en el Día que se conmemora la Lucha contra la Violencia de Género.
En el homenaje, al que han asistido el alcalde Tomás Baño, concejales del equipo de Gobierno así como del Grupo Socialista, se ha dado lectura del manifiesto en pro de la erradicación de cualquier tipo de violencia y discriminación contra la mujer.
Manifiesto contra la Violencia de Género leído en Librilla por la concejala de la Mujer, Lola Galián:
En el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, desde cada rincón de la región de Murcia volvemos a manifestar una vez más nuestro rechazo y condena a la violencia de género, recordando especialmente, en un día como hoy, a través de éstas 41 sillas vacías, la pérdida de 41 mujeres, a las que injustamente en este año 2020 se les arrebató la vida a manos de sus agresores.
Siguen siendo demasiadas las mujeres que aún hoy sufren violencia sólo por el mero hecho de ser mujer. La violencia de género se ha cobrado la vida de 1071 mujeres en España desde 2003, año en que en nuestro país empezaron a contabilizarse las mujeres asesinadas por sus parejas o ex-parejas. Y son cientos de miles las que sufren cada día violencia y se encuentran silenciadas, ellas y sus hijos e hijas. Esto convierte la seguridad y la libertad de las mujeres en uno de los principales problemas que tiene este país.
Todos los días del año deberían ser 25 de noviembre, ya que la violencia machista se abre camino sin descanso. Eliminarla de nuestras vidas y proteger a las víctimas no es una opción, es una obligación de toda la sociedad. Sólo así, estando unidas y unidos, con los hombres caminando junto a las mujeres en esta lucha, acabaremos con el machismo, principal causante de la violencia de género.
La discriminación de las mujeres y la violencia de género (como la manifestación más brutal de las desigualdades entre hombres y mujeres) es un problema que traspasa fronteras y condiciones, que está presente en la mayor parte de los países del mundo, con la particularidad de que las vivencias del maltrato son enormemente parecidas en todos los lugares y culturas. Mujeres con discapacidad, matrimonios forzosos o en edades tempranas, mutilación genital femenina... Y no debemos olvidar la doble discriminación de las inmigrantes sin recursos, que vienen buscando un futuro mejor y que muchas veces acaban atrapadas en las redes de prostitución, víctimas de explotación sexual y trata de personas, cuando no como trabajadoras explotadas, sueldos miserables, y condiciones inhumanas.
En los últimos años hemos sido testigos de importantes avances y cambios en las relaciones que se establecen entre mujeres y hombres. Aun así, a menudo vemos cómo estas relaciones se siguen construyendo sobre una desigualdad enraizada en nuestra sociedad, que se manifiesta en actitudes cotidianas que la reproducen y la perpetúan. Es en este contexto de desigualdad donde debemos enmarcar las agresiones, algunas de ellas tan normalizadas y cotidianas que no son fáciles de detectar por parte de las mujeres, y más aún entre las chicas jóvenes.
Educar en la infancia, desde las edades más tempranas, en una cultura centrada en la resolución pacífica de conflictos, la educación emocional, fomentar la empatía y desarrollar una autoestima equilibrada, son principios que favorecen la desaparición de los prejuicios de género que se gestan en edades muy tempranas. Eliminar los estereotipos en algunas ocasiones transmitidos por el machismo y desterrar mitos son objetivos de la co-educación, y una vacuna contra las violencias machistas.
Actualmente todos y todas somos conscientes de que estamos viviendo un momento histórico muy difícil, en el que los esfuerzos para frenar la propagación de la COVID-19 obligan a medidas de confinamiento que han puesto y ponen en peligro a las mujeres y a sus hijas e hijos, que sufren un doble confinamiento, aumentando el poder y el control de quienes convierten los hogares en lugares inseguros. Por ello, pedimos responsabilidad y cumplimiento de las medidas que buscan ralentizar la propagación del virus y mejorar la capacidad de respuesta de los sistemas de salud, con la erradicación de las conductas que reproducen y perpetúan la desigualdad y con la protección de quienes sufren sus consecuencias.
Por todo ello, desde de este Ayuntamiento condenamos toda manifestación de violencia contra la mujer y ofrecemos todo nuestro compromiso y apoyo a todas aquellas mujeres que reclamen nuestra ayuda, poniendo a su disposición todos los recursos que estén a nuestro alcance, para que éstas mujeres y sus hijos e hijas tengan una nueva oportunidad de rehacer sus vidas.
"Rompe el silencio. Cuando seas testigo de la violencia contra las mujeres no te quedes de brazos cruzados. Actúa", (Ban Ki Moon, ex secretario general de las Naciones Unidas).
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