Una familia misionera visita Alhama para "acabar con el hambre"

La humanidad aún no ha conseguido acabar con el hambre en el mundo. De hecho, una persona muere cada cuatro segundos por falta de alimentos. Es decir, más de 21.000 fallecimientos por esta causa cada día; casi la población de Alhama de Murcia.

El reto de poner fin a esta tragedia no parece fácil. Sin embargo, Miguel Taboada y Carmen Aranda no pierden la esperanza. Ambos forman una familia misionera que este domingo ha estado en las iglesias de San Lázaro y la Concepción para dar testimonio de su experiencia en Brasil, Bolivia o Uganda y animar la campaña que Manos Unidad de Alhama de Murcia quiere poner en marcha en Madagascar (Pulse aquí para conocer el proyecto).

Aunque las dificultades no son pocas, Miguel Taboada cree que "con los medios actuales, con la tecnología que tenemos hoy en día, es más fácil acabar con la pobreza que hace veinte años". En su opinión, no sería difícil ni caro poner fin al hambre en el mundo. Sin embargo, ahora y antes la única manera de conseguirlo es a través de la solidaridad.

Con ese objetivo han estado este domingo en Alhama, "para que la gente vea a través de nuestro testimonio que las ayudas llegan a los más pobres para luchar contra el hambre en el mundo", explica Miguel.

Carmen Aranda asegura que "los proyectos se ponen en marcha. Empiezan a actuar en pequeñas comunidades en cosas tan importantes como colegios o pozos para que la población pueda empezar a gestionar sus propios recursos". Sin embargo, reconoce que "nunca es suficiente porque las necesidades siguen estando".

Por eso ambos han venido este domingo a Alhama a hablar con las comunidades cristianas para pedirles que continúen apoyando. "La idea es que tomemos conciencia de que tenemos que cuidarnos unos a otros para seguir manteniendo a esta gran familia que es la humanidad", afirma Carmen.

No puede ser, denuncia Miguel, que el 2% de la población mundial acapare el 30% de la riqueza mientras que el 20% tenga que sobrevivir con el 5% de los recursos.

El reto de dar la vuelta a esa situación abatiría a cualquiera. Sin embargo, para esta familia misionera el desaliento no es una opción. "No nos podemos desanimar. Somos concientes de lo mucho que tenemos nosotros. Quizás se podrían desanimar otras personas que tienen menos", afirma Carmen.

Además, asegura Miguel, "rezando es una forma muy buena de recibir el ánimo de Dios, estando juntos con otros voluntarios y recibiendo el aliento del pueblo de Alhama".

Todos los vecinos que lo deseen pueden colaborar en esta causa participando en la Cena del Hambre que tendrá lugar el próximo viernes 9 de febrero a las 20:30 horas en el Centro de Ocio de Mayores del Parque de la Cubana.