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FOTOS Vecinos de La Costera recuperarán la Casa del Charco

La Asociación de Vecinos de La Costera ha firmado un convenio para poner en valor este inmueble, que en el pasado fue lugar de reunión y de actividades de los residentes en esta pedanía

martes 11 de diciembre de 2018, 18:16h

"Todos los que somos de una edad hemos estado aquí, disfrutando de pequeños. Subíamos todos los años el día de la Candelaria. A ver si conseguimos ponerla otra vez en funcionamiento como siempre la han tenido nuestros abuelos y nuestros padres". Así se expresaba este martes Juani Martínez, presidenta de la Asociación de Vecinos de La Costera, tras la firma del convenio por la que el Ayuntamiento cede el uso de la Casa del Charco.

El inmueble está ubicado en un terreno de titularidad municipal que el Ayuntamiento adquirió en 2009 y que ahora se ha convertido en una finca de interés ambiental. Con la firma de este acuerdo, explica la alcaldesa Mariola Guevara, los vecinos asumen el compromiso de rehabilitar la vivienda, de unos 55 metros cuadrados, "y de su puesta en funcionamiento a través de una serie de actividades vinculadas con este espacio natural".

A su vez, "el Ayuntamiento se compromete a participar con 15.000 euros para que los vecinos de la Costera hagan un esfuerzo y la casa se pueda rehabilitar y recuperar los usos que tenía antes", explica Antonio García, concejal de Pedanías.

El inmueble se encuentra en una finca de 297 hectáreas dentro de Espacio Protegido de la Sierra de Carrascoy. Hasta hace un tiempo, uno de sus usos era el cinegético. Sin embargo, el coto de caza que ha existido durante años quedó desierto la última vez que salió a subasta. Finalmente se ha desistido de volver a ofertarlo y en la actualidad ha pasado a convertisse en un espacio protegido y vetado para los cazadores. "Ésta fue otra de las peticiones de los vecinos, que la zona fuera un refugio de fauna y así lo hemos trasladado", explica el concejal Antonio García.

Un espacio de añoranza
La Casa del Charco es un espacio lleno de recuerdos para quienes se han criado en La Costera. Aunque hoy están prohibidas allí las escopetas, siempre ha sido una zona relacionada con la caza. Así lo recuerda Juani Martínez, presidenta de la Asociación de Vecinos: "Nuestros abuelos subían a cazar aquí. Se tiraban semanas enteras. Nosotros íbamos a verles los fines de semanas y a subirles comida o alguna otra cosa".

Allí también se podía ver pastar a las reses. "Durante un montón de años hubo una manada muy grande de ganado. Sembraban toda la zona para los pastores. Y luego venían las perdices, las cabras montesas... de todo lo que había", recuerda Juani Martínez.

Hoy se ha convertido en un lugar de disfrute para los aficionados a la naturaleza y a la contemplación del paisaje, explica Benito Carrasco, alcalde pedáneo de La Costera. "La firma del convenio ha sido una demanda de los vecinos para reparar la finca y que pueda ser utilizada por los vecinos, por la gente que la visita, por los ciclistas pasan, la gente que llega andando, haciendo deporte... Que puedan disfrutar de estas instalaciones y de este estupendo paraje, que puedan ver carrascas históricas, la naturaleza, muchas perdices, muflones, jabalíes... la fauna del terreno", explica Carrasco.

Dentro de un tiempo, cuando se haya llevado a cabo la rehabilitación, los vecinos de La Costera podrán rememorar aquella época en que muchos de ellos eran niños y en la que era tradición ir a la Casa del Charco en año nuevo. "Subíamos en el tractor. Siempre nos comíamos un arroz y pasábamos todo el día jugando", recuerda Juani Martínez.

La recuperación de este inmueble se suma a otras iniciativas similares llevadas a cabo por los vecinos de La Costera y que han permitido rehabilitar estructuras como un horno y un aljibe. En esta labor, el concejal de Pedanías, Antonio García, se ha comprometido seguir ofreciéndoles el apoyo del Ayuntamiento con el fin de que en próximos años sea posible asignar a este proyecto nuevas partidas presupuestarias para que la finca del Charco recupere todo su explendor.

La Umbría

La finca municipal La Umbría está incluida dentro de los límites del Parque Regional de Carrascoy y El Valle, espacio natural que también es LIC (Lugar de Importancia Comunitaria, de la Red Natura 2000) y cuenta con numerosos valores ambientales, tal como están acreditados en el expediente de cesión de la propiedad mediante el estudio 'Caracterización Ecológica y Ambiental de la Finca de Cesión Ambiental ‘NUPE 22.01’. Carrascoy. T. M. Alhama de Murcia', de mayo de 2008, informa el Gabinete de Comunicación Municipal.

La finca cuenta con una gran riqueza en hábitats, flora, fauna y ambientes naturales no antropizados que le confieren un alto valor ambiental. Sus características geográficas le hacen situarse a medio camino de los extremos medioambientales de la Región de Murcia, por lo que, en cuanto a flora se refiere, se pueden encontrar tanto iberoafricanismos o elementos murciano-almerienses, como elementos de óptimo bético o medio-europeo.

Se encuentran multitud de pequeños terrenos aptos para la creación de micro-reservas botánicas. Existen áreas de campeo y nidificación de las distintas aves rapaces y de interés conservacionista que conforman la colonia nidificante y migratoria del Parque Regional de Carrascoy y El Valle. Es importante para la conservación de las especies de vertebrados regionales, entre los cuales resalta la colonia de murciélagos existente y funciona como corredor biológico entre las ZEPA Saladares del Guadalentín y Monte El Valle y sierras de Altaona y Escalona.

Dentro de la finca, en su parte más elevada, a unos 750 metros de altitud, existe un paraje conocido como 'El Charco'. En él están algunos de los restos construidos más singulares del predio, en concreto una antigua casa de pastores, un gran corral y, cerca de ambos, un antiguo aljibe. Además, dentro de este paraje se conservan algunos de los mejores ejemplares de carrasca (Quercus rotundifolia) de toda la sierra de Carrascoy. La antigua casa de pastores tiene una superficie aproximada de unos 55 m2, de los cuales la dependencia situada al este, de unos 35 m2, presenta un importante deterioro, con el muro norte semiderruido y parte de la techumbre sin apoyo, mientras que el resto presenta un estado de conservación aceptable. Adosado a esta edificación existe un gran corral con una superficie aproximada de unos 730 m2. Su antigua tenada está hundida y el tapial presenta tramos también semiderruidos y no existen suministros de agua ni de electricidad.

La finca y sus zonas adyacentes han sido utilizadas tradicionalmente como lugar de pastoreo, leñeo, recolección de aromáticas, obtención de miel, caza y otros productos naturales. Su ejercicio en la zona está documentado desde tiempo inmemorial, pero desde su adquisición por el Ayuntamiento se abren nuevas posibilidades para la puesta en valor de la misma buscando compatibilizar la práctica de otras actividades como senderismo, educación e interpretación ambiental, ciclismo, fotografía de naturaleza, recreación y, por supuesto, investigación y mejora de los recursos naturales, entre otras. Algunas de estas actividades ya se han puesto en práctica en el lugar por este Ayuntamiento.

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