Librilla ha estallado este lunes de júbilo al poder volver a celebrar las Pitanzas después de dos años sin fiesta por la pandemia. Además de este regreso, la noche de pitanzas ha sido más especial con el estreno de la Declaración de Interés Turístico Regional y la declaración BIC (Bien de Interés Cultural).
El alcalde Tomás Baño fue el primero en salir al balcón para saludar a los miles de vecinos que abarrotaban la plaza, seguido del Pitancero de Honor, Francisco Guillamón, Paco el Municipal, quien volvió a meterse al público en el bolsillo como ya lo hiciera días antes en el pregón.
La plaza no dejó de aplaudir y ovacional al Pitancero de Honor que fue el encargado de realizar el primer lanzamiento. A partir de ahí, 10.000 panecillos volaron sin descanso en una de las tradiciones más queridas por los librillanos.
Entre los asistentes en el balcón, el cronista Fernando José Barqueros que no paró en ningún momento de lanzar pitanzas a sus paisanos, así como los miembros de la Asociación Acudeal, y los agraciados el pasado viernes en el sorteo de 20 pases especiales para acudir a la fiesta de las pitanzas.
Previamente, el párroco Juan José procedió a la bendición de las pitanzas en el despacho de Alcaldía, donde se dieron cita las autoridades locales y regionales y demás invitados.
Además del equipo de Gobierno de Librilla y concejales de la Corporación, asistieron el consejero de Fomento, José Ramón Díez de Revenga, las diputadas regionales Magdalena Sánchez Blesa e Isabel María Sánchez Ruiz, el exalcalde de Murcia, José Ballesta, y todos los alcaldes de la Mancomunidad Turística de Sierra Espuña: Mariola Guevara (Alhama), Pedro J. Sánchez (Totana), Javier Andreo (Aledo), Juan Jesús Moreno (Mula) y Antonio Huéscar (Pliego).
Si (
No(
