Solemnidad y emoción en la procesión de la Virgen de los Dolores hasta que llegó la lluvia

El Viernes de Dolores ha dejado un sabor agridulce en el inicio de la Semana Santa de 2025. La lluvia, cuya aparición muy pocos temían anoche porque la previsión meteorológica no la creía muy probable, echó por tierra la procesión del Paso Negro cuando estaba en el primer tramo del recorrido, a punto de llegar a la Plaza Vieja.

Pasadas las diez de la noche, a la hora prevista, el trono comenzaba a salir de la Iglesia de San Lázaro tras los portaestandartes, los nazarenos, la Banda de Tambores y Cornetas, las manolas, los legionarios y los portapasos. Fuera esperaban el público y las autoridades, encabezadas por la alcaldesa Rosa Sánchez, que se encontraba acompañada de los diputados regionales Magdalena Sánchez Blesa y Alfonso Fernando Cerón. Junto a ellos estaban concejales del equipo de Gobierno y de la oposición, ademas los representantes de las otras Hermandades y autoridades policiales y militares. Ninguno imaginaba cómo iba a terminar la noche.

El himno de España interpretado por la Legión anunció la salida de la Virgen de los Dolores, recibida con aplausos por el público. Luego, con la música de la Banda de Tambores y Cornetas, los portapasos mecieron el trono y, a continuación, mientras los legionarios cantaban 'El novio de la muerte', lo giraron para ponerlo en posición de comenzar la procesión.

Todo estaba saliendo según lo previsto. Con la Legión abriendo el paso, comenzó el itinerario: calle de La Feria para luego seguir por la calle Empedrá. Allí esperaba la vocalista Sara Cerón para dirigir unas palabras a la Virgen y cantarle el 'Ave María'.

Tras ese alto, cuando los portapados quisieron retomarla procesión para dirigirse hacia la Plaza Vieja y continuar luego por la calle Larga, comenzaron caer las primeras gotas y surgieron las dudas sobre qué hacer. En un momento, la decisión estaba tomada: continuar por la calle Moreras para regresar lo más rápido posible a la Casa de Hermandad y proteger el trono.

Dentro de un año, si el tiempo lo permite, la solemnidad y la emoción volverán a la procesión del Viernes de Dolores.