El Paso Azul se ha quedado en casa este Miércoles Santo. Tras dos años de pandemia, había ganas de salir en procesión, pero en este 2022 ha sido la amenaza seria de lluvia la que ha tumbado las ilusiones de la Hermandad.
La decisión ha sido especialmente dolorosa para la presidenta Luciana García Balsas que se estrena en el cargo y ha tenido que adoptar una decisión muy dura, pero necesaria para no correr riesgos innecesarios.
Aunque la procesión no ha salido han sido muchos los vecinos que se han acercado este miércoles a la casa hermandad donde han sido recibidos con los brazos abiertos y los tronos preparados.
Visitamos la casa hermandad a la caída de la noche, cuando la banda de tambores y cornetas ha interpretado el repertorio que cabría en este Miércoles Santo en procesión.
Ha sido a la puerta de la Hermandad de Santa María Magdalena donde, en su interior, estaban preparados los tronos para salir, entre ellos la unción y la oración en el huerto, además de la Caridad.
Ha habido cofrades y vecinos que han entendido la dura decisión de la presidenta de la Hermandad, y otros no tanto. Pero el coste del riesgo ante una amenaza de lluvia con tormentas como se han registrado a lo largo de la jornada no dejaba lugar a dudas.
García Balsas asegura que recuperarse del destrozo que causaría la lluvia sobre los tronos sería inasumible, además del riesgo de tener que volver precipitadamente a la casa hermandad con el peligro de resbalones y accidentes. Había que tomar la decisión de no salir y así ha sido.
Aunque el dolor por no poder procesionar este Miércoles Santo es inevitable, en el Paso Azul miran ya con optimismo al Viernes Santo y el Domingo de Resurrección cuando volverán a procesionar.
No obstante, García Balsas anima a todos los alhameños a disfrutar de la Semana Santa y las procesiones dado que para el viernes en adelante mejorarán las temperaturas.
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