No voy a hablar del día de la mujer en la ciencia. Podría, porque la última vez que miré, me sentía mujer, y la mayor parte del tiempo trabajo en la docencia del ámbito científico. El que quiera hablar de ese tema, que se venga a mi Face, que tenemos la tertulia montada. Sin embargo, en honor al día, os planteo una experiencia. Imaginen que un día van andando por la calle y un desconocido les para y les da diez euros porque sí, porque está haciendo un experimento, probablemente se alegre. Si ven que al siguiente transeúnte le da 100 es posible que le entre una rabia injustificada. Usted no hizo nada para conseguir los diez euros, pero es que el otro tampoco, y le dieron 100.
La envidia es un sentimiento curioso que muchas veces se malinterpreta. No es desear lo que tienen los demás, cosa que podría tener sentido, sino desear, ansiar que el otro no tenga lo que tiene.
La mayoría de los comentarios que se han oído sobre la nadedad de que la princesa de Asturias vaya a estudiar el bachillerato en Gales provienen de o apelan directamente a este sentimiento. Y no es que la mayoría quiera mejorar su formación y no pueda, que en estos tiempos todos tenemos unos recursos que ya les habrían gustado a nuestros padres y la mayoría no los aprovechamos. Es que les fastidia que ella vaya a adquirir lo que les parece que es una formación de élite.
Si (
No(
