El patrimonio que no importa, el de mentira (I)

Me van a perdonar, no puedo evitarlo. Últimamente le he cogido vicio a leer los artículos que nuestros concejales de gobierno suben bajo su nombre a los distintos medios locales en un vano intento de justificar su prolongada inactividad.

El último que he leído ha sido el de Maria José, la que dice que tiene el honor (pero evidentemente, no cree que la responsabilidad) de ser la concejal de Educación, Cultura y Patrimonio. En él nos cuenta lo que nos llevan contando desde marzo de 2019, que van a arreglar el castillo cualquiera de estos días, que tienen las perras, que se las ha mandado ya Pedro Sánchez, que están en el banco desde enero. Lo que no cuenta es que el resto de proyectos que, como este, participaron en la convocatoria de los fondos culturales de 2018 están ya hechos o haciéndose, mientras que de este no está ni sacada la licitación. (Está el dinero y se hará, que no desespere nadie. Cómo se haga y si estará a tiempo de que lo inauguren para las municipales de 2023 ya no es asegurable).

Dice que va a hacer alguna cosa más, como de costumbre, la mayoría de las que hace en realidad la Comunidad Autónoma, se excusa de su falta de actividad por la pandemia, y no habría gran cosa que decir si no fuera por el título y esa frase en la que pone PATRIMONIO con mayúsculas. Parece ser que para la concejal, hay patrimonio y PATRIMONIO. Lo sabíamos, ha dado muestras de ello más de una vez, pero hace falta desvergüenza para exhibir así la propia falta de sensibilidad y cultura. Supongo que no debería extrañarme cuando hablamos de alguien que ya reconoció en la radio no haber subido nunca al Castillo ni sentir la necesidad de hacerlo.

Sí, lo sabíamos. Igual que para el PSOE hay víctimas y VíCTIMAS, leyes y LEYES, también hay patrimonio que no les interesa conservar ni poner en valor, y PATRIMONIO que parece que sí. El criterio seguido para discriminar entre unos y otros, al igual que el de su partido, es la mera conveniencia.

Para ilustración de la concejal, el patrimonio “designa a la herencia, material o inmaterial, recibida por una comunidad dada, para ser disfrutada y protegida por las generaciones presentes y ser transmitida a las generaciones que vendrán”. Se lo comento porque podríamos decir que ella se quedó en la visión del patrimonio que había en el siglo XIX, en la que se reducía este a antiguos criterios de monumentalidad y no parece haberse leído La Recomendación sobre la protección del Patrimonio del siglo XX (1991), El convenio Europeo del Paisaje (2000) o La convención para la salvaguarda del patrimonio inmaterial (2003), todos ratificados por España. Es más, a su hoja de ruta parece resultarle ajena hasta la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español