Cada vez que hablamos de la Inmaculada Concepción, don Francisco cuenta la historia del origen de la bandera de Europa. Este domingo, en la misa de los niños, volvió a contarla e incluso el porque solo los sacerdotes españoles pueden vestirse de color azul.
Todos sabéis cómo es la bandera de la Unión Europea: doce estrellas sobre un fondo azul. Según su significado institucional, las estrellas simbolizan unidad, solidaridad y armonía entre los pueblos de Europa. Y el número 12 no hace referencia a los Estados miembros, sino a la idea de plenitud y perfección.
Aunque el Consejo de Europa pidió mantener un carácter laico en el símbolo, en 1955, abrieron un concurso para elegir su bandera. El diseño ganador fue obra del francés Arsène Heitz, profundamente devoto de la Virgen María que diseñó una bandera con fondo azul como el manto de la Virgen con 12 estrellas, un símbolo ancestral de plenitud: las doce tribus de Israel, los doce apóstoles.
Curiosamente, la bandera fue aprobada el 8 de diciembre de 1955, día de la Inmaculada Concepción.
Y es precioso pensar que un símbolo que hoy representa a tantos países tiene, en su origen, esa mezcla de inspiración artística, historia europea y fe popular.
Por eso hoy quería compartir esta historia.
Una historia que nos recuerda que Europa tiene un alma, una historia profunda, y que incluso sus símbolos más cotidianos pueden esconder mensajes de luz, unidad y esperanza.
Doce estrellas. Un cielo azul. Una Europa que seguimos construyendo entre todos.