Cada vez que el Ayuntamiento envía una carta recordando a los vecinos su obligación de mantener limpios sus solares privados, advierte también de sanciones severas: la posible ejecución subsidiaria (es decir, una actuación municipal por su cuenta y gasto) y una multa coercitiva si el propietario no actúa a tiempo.
Según la normativa, el Ayuntamiento puede limpiar los terrenos cuando los propietarios no lo hacen y cargarles el coste íntegro, además de imponerseles una multa económica según lo previsto en la legislación. La ejecución subsidiaria que realiza el ayuntamiento puede llegar a duplicar el coste de la limpieza directa por parte del vecino.
Sin embargo, no se entiende que mientras se amenaza a los vecinos por no cumplir con una obligación menor, en el Ayuntamiento no cumplan con la suya. Muchos solares de titularidad municipal están llenos de maleza, basura y vegetación descontrolada, lo que no solo deteriora la imagen urbana, sino que supone un peligro: aparición de plagas y responsabilidades por posibles daños.
Como concejal y vecino, quiero dejarlo muy claro: no se puede pedir lo que no se da. El consistorio debe actuar con coherencia y dar ejemplo, no multar y amenazar mientras descuida sus propios terrenos. Esa dejadez no solo es una falta de gestión, sino una falta de respeto hacia los ciudadanos.
Exijo que se proceda de forma inmediata a:
1. Limpiar y desbrozar todos los solares municipales abandonados.
2. Evitar sancionar a los vecinos por incumplimientos menores mientras los propios terrenos públicos están en abandono.
3. Aplicar las mismas normas a todos, sin doble rasero.
La responsabilidad no es negociable. Si el Ayuntamiento exige limpieza a los ciudadanos, debe garantizar también una gestión efectiva de sus propios bienes y evitar una Administración de dos velocidades. Mientras esto no cambie, seguiremos denunciándolo y exigiendo soluciones reales.