Lo sucedido esta semana en Alhama no puede tratarse como un hecho aislado. No lo es. Y lo más grave de todo no es que ocurra, sino que desde el equipo de gobierno municipal (PSOE, IU y Sibina) se niegue la realidad. Porque negar el problema es convertirse en parte de él.
Mientras los vecinos viven la inseguridad, robos, peleas y agresiones, el PSOE, IU y Sibina se esconden tras una narrativa donde todo esta "bajo control", los hechos son "puntuales" y la culpa siempre es de otro. Pero la realidad que viven cada día mis vecinos no entiende de excusas políticas.
El cierre del cuartel de la Guardia Civil por las tardes tiene una consecuencia directa: las denuncias se registran fuera de Alhama. ¿El resultado? El PSOE se aferra a unos datos estadísticos incompletos que no reflejan ni de lejos la situación que vive el municipio. Manipulan la percepción pública hablando de informes que no miden la verdad, sino su comodidad política.
Mientras tanto, la Plaza de las Américas y la Plaza de la Constitución se convierte en epicentro del miedo nocturno, los comercios del centro sufren robos, se repiten las peleas en la vía pública y los vecinos no se atreven a salir por la noche ni siquiera a quejarse. La situación de la menor agredida sexualmente presuntamente en las piscinas de verano, algo que pudo denunciar la propia socorrista, es algo que no podemos tolerar bajo ningún concepto y mucho menos justificar.
Los problemas se acumulan y no hay nadie al volante. La única respuesta que dan es la negación o, peor aún, culpar a los propios vecinos por "no saber distinguir entre una molestia y una amenaza", como se ha llegado a insinuar. Un insulto a la inteligencia y a la dignidad de quienes viven aquí.
Negar, mentir, callar. Esa es la política de seguridad del PSOE en Alhama. Una política que abandona a los vecinos, desprecia a los Cuerpos de Seguridad y deja Alhama a su suerte. Una política en la que cualquier incidente se minimiza, cualquier queja se ignora y cualquier solución se posterga, hasta que es demasiado tarde.
El PSOE ha hecho de la inacción su estilo de gobierno. Y la concejala Leticia Pareja es su mejor ejemplo: una responsable política desaparecida mientras crecen los delitos y la tensión vecinal.
Los vecinos están hartos de excusas. Hartos de ver cómo su seguridad se convierte en un tema tabú para el equipo de Gobierno. No se trata de partidos. Se trata de responsabilidad institucional. Y ahora mismo, lo que hay es un vacío. Un agujero en el corazón mismo de la gestión municipal.
Cuando un gobierno niega la realidad, es parte del problema.
Si (
No(
