Algo grave está ocurriendo en Alhama de Murcia. Y no, no es una exageración, es una realidad palpable en las calles, en los negocios y en los hogares de nuestros vecinos. La seguridad ciudadana está en entredicho, y quienes tienen la responsabilidad de garantizarla están desaparecidos o buscando excusas para justificar comportamientos.
En los últimos meses, el número de robos, actos vandálicos e incidentes nocturnos ha aumentado de forma alarmante. Desde el asalto a establecimientos en la Plaza de la Constitución, pasando por amenazas a vecinos, hasta impedir el descanso con gritos, insultos y daños al mobiliario urbano. La Plaza de las Américas se ha convertido en símbolo del abandono: denuncias vecinales, intimidaciones, botellones y consumo de alcohol, gritos hasta altas horas de la madrugada.
A todo esto se suma un hecho que debería alarmar a cualquiera: el cierre del Cuartel de la Guardia Civil. Un pueblo que ronda los 24.000 habitantes no puede permitirse estar sin presencia permanente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado durante horas clave. ¿Quién garantiza entonces la protección real de nuestros ciudadanos cuando cae la noche? ¿Dónde están las soluciones?
Rosa Sánchez, como responsable directa de Seguridad Ciudadana, y la concejala con sueldo público pero sin aparecer por el Ayuntamiento desde hace más de seis meses, Leticia Pareja, son las supuestas responsables de nuestra Seguridad Ciudadana. No las ven los vecinos, no las ven los técnicos, y no las ven la Policía Local. Su gestión se ha reducido a declaraciones absurdas como que “en verano la gente sale al fresco”. Con eso tienen que conformarse los vecinos ¡Vergonzoso!
Saben cobrar, pero no saben trabajar. Es la viva imagen de lo que no debe ser un cargo público: ausentes, desconectadas, desinformadas y totalmente incapaces de resolver los problemas de la gente. La seguridad no es un cargo honorífico, es una responsabilidad diaria. Y ellas han fallado.
Sin embargo, no podemos olvidar que durante los 19 meses en los que mi compañera Miriam Diaz Jimenez asumió la Concejalía de Seguridad, Alhama vivió una etapa de control, coordinación y tranquilidad. Mirian trabajaba codo con codo con Protección Civil, Policía Local y Guardia Civil. Se reforzó la presencia policial en los barrios y se garantizó la protección de todos, sin excepción. No lo hizo desde un despacho, sino desde la calle, con planificación, con presencia y con compromiso real.
Hoy, Alhama necesita precisamente eso: presencia, compromiso y sobre todo responsabilidad. Lo que estamos pagando es un Gobierno socialista más preocupado por protegerse a sí mismo que por proteger a los vecinos.
La seguridad no se improvisa. Se trabaja. Y si no saben, no quieren o no pueden, que se aparten.