Hace tiempo eran alegres, positivas e irradiaban ganas de vivir. Hoy, descuidadas de sí mismas, son otras personas muy distintas. A ellas dedica Magdalena Sánchez Blesa su poesía semanal en Siete Días.
La escritora habla de la añoranza de la ilusión que las acompañaba frente a su actual triste soledad diaria. Un cambio lento e imperceptible a lo largo del tiempo, pero que las ha convertido en personas muy distintas de las que eran a causa de la falta de atención a sí mismas para volcarse en los demás.
Tengo que hablar conmigo seriamente
y no encuentro el momento.
Me llamo por teléfono y no estoy.
Me escribo cartas y no me las contesto.
¿Dónde me habré metido?
¿Qué habrá sido de mí?
¿Quién se llevó mi risa contagiosa?
¿Cuándo se me privó de mi alegría?...