Mediante el presente escrito, quiero expresar mi queja sobre el actual servicio de transporte de estudiantes desde Alhama hasta el Campus Universitario de Espinardo. Pero antes de nada, quisiera presentarme: soy una joven alhameña que desde hace tres años va todos los días a Espinardo a estudiar. Muchos compañeros realizan este mismo trayecto diario que actualmente, se ha convertido en un verdadero infierno por su desorganización y falta de recursos.
Desde la política, a los jóvenes se nos ofrece gran cantidad de becas, ayudas e incentivos dirigidos al fomento del ocio, la cultura y viajes de placer, concesiones nada despreciables pero sin embargo, a la hora de cubrir una necesidad tan básica como la del transporte a las universidades, encontramos un sin fin de trabas e inconvenientes. Ridículo, ¿no creen?
Esta es la situación que vivimos muchos ciudadanos que necesitamos coger la línea de transporte que une Lorca con Murcia. Es lamentable ser testigo y afectada de madrugones muy anticipados para llegar pronto a la parada y competir cual carrera de obstáculos por un asiento en el autobús.
Pongo como ejemplo, que si usted desea coger el bus de las 7 y media de la mañana con destino a Espinardo, no sólo ha de estar en la parada con media hora de antelación como mínimo, ya que si llega algo más tarde las plazas ya han sido ocupadas, sino que además, ante la escasez de asientos libres, la situación en la parada está siempre marcada por el conflicto, ya que tras un día de largo trabajo o estudio, nadie quiere quedarse en tierra o por el contrario, llegar tarde a las clases o exámenes.
Con todo este caldo de cultivo, no quiero dejar de mencionar que en ocasiones, los servicios no son puntuales, (retrasos de hasta 40 minutos en adelante), sin olvidar el fenómeno coloquialmente conocido como “el bus fantasma”, es decir, el que siempre esperas, pero nunca llega a aparecer, sin avisos ni disculpas, por supuesto.
En otras ocasiones, el estudiante, tras haber salido corriendo de clase para poder coger el autobús, encuentra una cola de más de veinte personas y un autobús con menos plazas libres de las necesarias, quedando totalmente plantado.
En general, el ambiente que se respira entre los usuarios de este servicio es de total descontento, no obstante tras intentar llamar a la centralita de la empresa y recibir largas o ni siquiera ser atendidos, acabamos aceptando que es lo que toca, que no hay solución, olvidando nuestro derecho a un transporte digno para trabajar, estudiar o ir al médico.
En fin, quizás esta carta no llegue muy lejos pero al menos quería expresar mi descontento e impotencia, ya que esto no es un capricho, es una necesidad y sé que como yo, muchos más comienzan a estar cansados de esta ridícula e insostenible situación.