Con el cielo encapotado, pero sin lluvia, la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno ha sacado al Resucitado a la entrada de su sede para recorrer unos metros antes de regresar entre los aplausos de decenas de asistentes.
Esta vez la paloma que simboliza al Espíritu Santo también se ha hecho esperar. Finalmente ha volado al cielo y el trono del Cristo Resucitado ha iniciado su marcha entre el tronar de los tambores de los Armaos.
Los moraos sólo ha recorrido las decenas de metros de la calle Blames para llegar hasta la calle Fuente Blanca. Y desde allí, acompañados siempre por los Armaos, han regresado nuevamente con el paso hasta su sede.
Allí, con el trono ya a cubierto para evitar cualquier riesgo, los moraos y todos los asistentes que lo han querido han podido hacerse fotos junto a la imagen del Cristo Resucitado.