Plato de jamón con bebida, cinco euros. Ese es el precio que habrá que pagar para ser solidario con los pacientes de cáncer. Este año, el Corte Solidario de Jamón, que organiza la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores y la Soledad será a beneficio de la Fundación Never Surrender, que desarrolla un programa deportivo para pacientes con cáncer que favorece su estado físico general. En esta V edición, el Paso Negro ha vuelto a contar con Asojam, la Asociación de Cortadores de Jamón de la Región de Murcia.
Las personas que se pasen el jueves 5 por el chiringuito que la Hermandad ha instalado en el Recinto Ferial Nueva Espuña también podrán ser solidarias adquiriendo jamón envasado al vacío por cinco euros para degustarlo en otro momento.
Miguel Ángel Redondo, presidente de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores y la Soledad, y Ginés Muñoz, presidente de Asojam, han presentado este evento solidario junto a Carlos López, secretario de Never Surrender, y Margarita López, usuaria del programa deportivo desarrollado por esta fundación.
Carlos López ha explicado que los fines de la fundación son deportivos y altruistas para ayudar a los pacientes de cáncer. En concreto, esta entidad busca la mejora en el tratamiento a través de la práctica de deporte de fuerza. Actualmente, Never Surrender cuenta con gimnasios en varios municpios de la Región de Murcia. En Alhama de Murcia, se pondrá en marcha uno en breve.
Esta iniciativa partió del doctor Valdimir Salazar, que fue diagnosticado con cáncer y que comprobó personalmente cómo mejoraba su estado con la práctica de deporte de fuerza después de recibir el tratamiento.
La Fundación Never Surrender trabaja para que en todos los municipios los enfermos de cáncer puedan hacer deporte de fuerza con monitores especializados y máquinas adaptadas a sus condiciones físicas y a las circunstancias de su enfermedad.
Además, la fundación colabora con la Universidad de Murcia, que está estudiando los efectos positivos del deporte en los pacientes.
En todo caso, la práctica de deporte debe de ser aceptada por el oncólogo que atiende a cada paciente, que habitualmente da su autorización, además de superar el filtro médico de la propia fundación. "En la actualidad, no tengo conocimiento de que ningún paciente oncológico no haya podido realizar el deporte de fuerza", asegura Carlos López.
Por su parte, Margarita López, usuaria de la fundación, recomienda la práctica del deporte de fuerza porque "te quita muchas preocupaciones y viene genial para el tratamiento".