Creo que el gran público ha confundido una cosa en el 12 de octubre, y es que esta fecha se utiliza a modo de recuerdo, como hito historiográfico de la llegada de los
europeos a América, pero en ningún momento se pretende hacer apología de la conquista (o algo así por la reacción del Nada que celebrar). Durante los años 70 y 80,
especialmente desde las corrientes de pensamiento británicas, se ha venido realizando una revisión de la Historia tal como la conocemos. Lo cual es muy necesario, como ciencia debe estar en continuo examen su conocimiento, pero esto también ha dado lugar al refortalecimiento del relato “negrolegendario”, según el cual los conquistadores eran demonios en la tierra encargados de la tortura por puro sadismo de una sociedad pacífica y estable, y por otra parte la leyenda “rosa”, que ha encumbrado y dignificado el papel de los conquistadores, como pacificadores y portadores de prosperidad y civilización. Y para desgracia de unos y de otros ambos son inexactos y se pliegan solo a una parte del relato.
Sin entrar en los pormenores del proceso de conquista, solo decir que los españoles se aliaron más de lo que combatieron en América (lógico dado que en número
eran una minoría ridícula), aunque también hubo sangre y saqueos. Que la violencia, el esclavismo y los abusos jamás estuvieron amparados por la legalidad peninsular, lo cual no quiere decir que no existiesen aunque en los territorios españoles no eran la norma.
Además destacar que en muchas ocasiones, las grandes cifras de muertes se deben a enfermedades portadas por los europeos y las hambrunas propias de los desajustes socioeconómicos.
El problema viene cuando, en mi opinión, empezamos a juzgar los hechos de hace 500 años con los ojos del presente, porque la mayoría de hechos nos parecerían una
absurdez, y además no nos estaríamos poniendo en piel de sus auténticos/as protagonistas, los hombres y mujeres de la Edad Moderna.
Sin duda el 12 de octubre de 1492 fue una fecha importante para la humanidad, y en la que participó en primera línea los agentes de las coronas de Castilla y Aragón, hoy día en nuestra bandera, pero de ahí a hacer apología, o por el contrario juzgar, cualquier gesta del pasado me parece, como historiador un error. En esta fecha se inicia, según no pocos autores, un proceso que ha llegado hasta nuestros días con el nombre globalización, y que pondría la primera piedra en las conexiones de ultramar, que tiene su colofón en el viaje emprendido por Magallanes y finalizado por Elcano, tres décadas más tarde.
Este artículo muestra una realidad mestiza, poco atractiva tanto para un bando como para otro, pero he ahí lo lamentable. Que se hayan formado bandos alrededor de
una narración meramente histórica, de la que deberían versar poco más que los historiadores. Así que por lo tanto, disfrutemos el próximo 12 de octubre como un día
de hermanamiento, de unión de todo el mundo hispanohablante, y no como una fecha de discordia.