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El mendigo y el aristócrata
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El mendigo y el aristócrata

Bono se atrevió a decir que Julio Anguita, un político modelo (en cuanto a conducta, lo de la ideología ya es cosa de cada uno) era “pobre intelectualmente”. Y ahora yo me pregunto: ¿tan atrevida es la ignorancia?

Por Antonio García Martínez
miércoles 14 de abril de 2021, 21:30h

Hace escasos días veíamos y escuchábamos por televisión la confirmación de una triste realidad: es más sencillo ensuciar el nombre de los adversarios una vez muertos. Antes de entrar en detalle me gustaría realizar una reflexión personal: qué triste. Qué triste que vayamos a atacar a quien no puede defenderse de forma alguna, porque solo puede significar dos cosas, o que no se tenía el valor para atacarlo en vida, o que no se tenían los argumentos. O, en el caso de nuestro protagonista ambas opciones son ciertas.

Este pasado sábado, en La Sexta Noche, veíamos como invitaban al miembro histórico del PSOE, José Bono. Un parlamentario de la vieja guardia que jamás destacó por la brillantez de sus intervenciones en el Congreso, ni por su mandato como ministro de Defensa. Al parecer a La Sexta se les acaba la lista de invitados y ha empezado por la de vividores. Por si tuviese poco por lo que callar, Bono, se atrevió a decir que Julio Anguita, un político modelo (en cuanto a conducta, lo de la ideología ya es cosa de cada uno) era “pobre intelectualmente”.

Y ahora yo me pregunto: ¿tan atrevida es la ignorancia? Este comentario lo realizaba por la buena relación que Anguita tenía con Pablo Iglesias, y parece que en el PSOE todo vale para criticar a la misma persona con la que pactaron hace ya más de un año para formar gobierno.

Pero repasemos un poco la figura de este “sociolisto”, porque a mí en mi casa me han dicho siempre que para criticar a alguien siempre hay que ser más listo que él, y no creo que este sea el caso. Bono, quien nació en una casa sin luz ni agua corriente, fue ascendiendo en el escalafón político y social rodeado de inversión inmobiliaria y fraudulentos enchufes y favores en según qué puestos, hasta llegar hoy en día a formar parte de esa ala casposa, conservadora y necia del PSOE, eso sí, vive ahora en un ático de 1,6 millones de euros para demostrar que sigue siendo obrero y socialista.

Aquí debemos hacer un alto en el camino, y tener en cuenta que no, no todos los políticos eran, somos o serán iguales (ya le gustaría a él), mientras que personajes de la talla de Bono hacían amiguetes en fondos de inversión inmobiliaria, otros políticos (del suyo y de otros partidos) se partían el lomo por trabajar para nuestro país, y entre ellos encontramos indudablemente a Anguita, quien siempre estuvo comprometido con los trabajadores, quien pudo obrar mejor o peor, pero que cuando dejo su cargo volvió a su trabajo y a su casa en Córdoba.

Así que para la próxima, señor Bono, lávese la boca y mírese la chepa antes de hablar de nadie.

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