Se me hace cuesta arriba y siento un nudo en la garganta cada vez que leo o escucho que los menores de Atención Temprana han estado sumidos en la “desidia y el abandono”. Esa afirmación es, además de falsa, profundamente hiriente. Alhama ha sido siempre un referente, gracias a unos profesionales que se han desvivido por ofrecer esa primera atención y ese respiro tan necesario a madres y padres que, al recibir un diagnóstico o detectar una preocupación en sus hijas e hijos, buscan un soplo de aliento, una mano tendida, una primera respuesta que les dé un poco de luz en el duro camino que les espera.
Desde 2015, como equipo (profesionales de Servicios Sociales, del CDIAT y la parte política) hemos trabajado incansablemente para que Alhama recibiera la dotación que le correspondía y merecía, en función de su población y necesidades. Durante años, la respuesta de la Comunidad Autónoma fue siempre la misma: “ahora no puede ser, estamos a punto de poner en marcha la nueva Ley de Atención Temprana”. Mientras tanto, este Ayuntamiento, mayoritariamente con recursos propios, atendía a todos los menores y familias que llegaban, incluidos los de Librilla, porque nuestro compromiso era claro: no dejar a nadie atrás.
Por eso resulta mezquino afirmar que “en 19 meses se ha conseguido un nuevo convenio y una adenda con más horas”, como he tenido que escuchar por parte de la señora María Cánovas. Quien conoce cómo funcionan las administraciones sabe que esa es una mentira sin medida.
Cuando el Partido Socialista llegó al gobierno municipal en 2015, encontramos un municipio claramente infrafinanciado por la Comunidad Autónoma en comparación con otros de similar o incluso menor población. Aun así, mantuvimos una actitud de lealtad institucional hacia la Consejería de Política Social y el IMAS. Trabajamos codo con codo en la elaboración y mejora de la actual Ley de Atención Temprana, dejando los colores políticos a un lado, con el único objetivo de priorizar el bienestar de nuestros menores y sus familias.
Nunca nos conformamos. Nunca dejamos de insistir para que el Gobierno regional implementara la ley y distribuyera los recursos en igualdad de condiciones.
Cuando asumimos el cargo en enero de 2025, nos encontramos con una situación preocupante: el proyecto del nuevo Centro de Atención Temprana llevaba paralizado 19 meses. La licitación estaba detenida más de un año, pese a que la subvención se había concedido en mayo de 2023. ¿Por qué no se licitó el servicio? ¿Qué problema había, cuando la parte técnica tenía todo previsto y sabía mejor que nadie cuáles eran las necesidades?
Tras esos retrasos injustificados, nos encontramos sin un espacio preparado para albergar a los profesionales ni para atender a los casi 100 menores que esperaban el servicio. Y el supuesto “proyecto consensuado” no era tal, además de que no vería la luz hasta al menos un año y medio después. Desde entonces, hemos trabajado con urgencia para desbloquear la situación y garantizar que los menores reciban la atención que necesitan.
Hoy seguimos aquí, no para ponernos medallas, sino para trabajar y reclamar a otras administraciones lo que es justo. Hace poco solicitamos más horas de atención para nuestros menores, pedimos unas 4.000 sesiones y se nos concedieron 2.720. Seguiremos insistiendo, porque sabemos que sólo así evitaremos listas de espera.
Los verdaderos protagonistas de esta lucha no son los políticos, sino las madres y padres que, en silencio, día tras día, sostienen una batalla incansable. A ellos, y a las asociaciones y entidades del tercer sector que nos empujan a no rendirnos, debemos dar las gracias.
Nuestra responsabilidad colectiva es seguir construyendo un municipio inclusivo, igualitario y comprometido con nuestros menores y sus familias. Ellos y ellas son, y siempre serán, nuestra prioridad.
Si (
No(
