El mercado semanal de Librilla ha vuelto al municipio tras dos meses en el dique seco a causa de la crisis sanitaria por el coronavirus.
Sólo han montado su puesto los productos de alimentación, aunque en sucesivos jueves se irán ampliando el número de puestos y productos así como el espacio que se dedicará en el municipio al mercado semanal para cumplir con los protocolos y medidas de seguridad.
Normalmente al mercado semanal se dedican unos 350 metros cuadrados y este jueves ha reabierto con 700 metros cuadrados disponibles. No obstante, en las próximas semanas se ampliarán los puestos de venta así como el espacio hasta alcanzar los 900 metros cuadrados.
Según informan desde la Policía Local a Siete Días Librilla, está previsto que la semana que viene puedan montar su puesto otro tipo de productos esenciales así como los de textiles y calzado. Todo ello, a medida que se vaya avanzando de fase y siempre guardando las medidas de seguridad.
Una de ellas es que los puestos deben guardar entre sí dos metros y medio de distancia. Por ello, donde habitualmente había dos líneas de puestos en una misma calle, ahora habrá sólo una línea de puestos en cada calle, lo que obliga a la ampliación de los espacios.
Durante la mañana, Policía Local y Protección Civil han prestado apoyo a los vendedores en su primer día así como a los vecinos controlando el aforo en el mercado.
Este primer día el montaje de los puestos, como se hará en sucesivas semanas, se hará por turnos para evitar aglomeraciones entre los propios vendedores. El control del aforo también será otro punto clave para salvaguardar esa necesaria distancia social. Para ello se han habilitado seis puntos de control para limitar el número de clientes a uno por cada dos metros cuadrados.
Control de temperatura próximamente
Además, están a la espera de la llegada de termómetros para implantar varios puntos de control de temperatura entre los vecinos que acudan al mercado. Una labor que se realizará siempre en colaboración entre Policía Local y Protección Civil. Algunos mercados semanales, como en Alcantarilla, ya lo han implantado.
La lluvia no ha ayudado a que los vecinos acudieran como otras veces a hacer sus compras, pero los que han acudido lo han hecho guardando las preceptivas medidas de seguridad para llenar el carro de productos frescos. Vendedores y clientes han portado sus mascarillas así como guantes y gel hidroalcohólico.
Estos dos meses no han sido fáciles para los vendedores. Carmen Herrera y José Antonio Navarro nos han contado cómo han visto este primer día de mercado.
Los dos meses sin trabajar han sido “desesperantes”, asegura José Antonio, pero la acogida por parte de sus clientes librillanos ha sido calurosa y hospitalaria. “Estaban deseando que viniéramos”, afirma Carmen.
Sin embargo, ambos vendedores ven con algo de pesimismo la remontada. El daño económico que ha supuesto la crisis sanitaria por el coronavirus es palpable, pero confían en sus clientes plenamente para recuperar la rutina y esa normalidad que ahora tenemos a medio gas.
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