Hace más de 80 años, un gran arco daba la bienvenida a la Feria de Alhama. Era símbolo de alegría, de encuentro y de devoción a nuestra Virgen del Rosario. Durante generaciones, ese arco iluminó el corazón del pueblo y marcó el inicio de los días más esperados del año.
Recuperar esa tradición fue una forma de volver a sentirnos parte de lo que somos, de mirar atrás con orgullo y seguir avanzando sin olvidar nuestras raíces.
Hoy, en el día de nuestra patrona, recordemos que Alhama es historia, es emoción y es tradición.
Porque hay cosas que, por mucho que pasen los años, siguen siendo nuestras.
¡Viva la Virgen del Rosario!
¡Viva la Feria de Alhama!