Mujeres que no paran ni cuando parece que les faltan las fuerzas. A ellas dedica su poema semanal en Siete Días la escritora Magdalena Sánchez Blesa. Son madres, esposas... que viven para su familia convertidas en esclavas de su hogar. Su jornada laboral no tiene fin ni entiende de descansos durante los fines de semana. Tampoco existen las vacaciones. Sin embargo, cuando parece que ya no pueden más, ellas sacan energías de algún sitio para seguir adelante.
Es una mujer que "siempre, siempre, siempre está dispuesta. Y nunca, nunca, nunca, nunca, nunca se le ha ingresado un céntimo en su cuenta".
Ella puede con todo lo que venga.
Da igual si tiene sueño, si hace frío,
si le duelen los huesos y las piernas,
si tiene el corazón alborotado,
si tiene desgastadas las caderas.
Ella siempre espera a que se acuesten
para refregar los platos de la cena.
Y cuando ya te crees que ha terminado,
comienza por la punta la faena...