Javier García López se ha subido este sábado al balcón del Ayuntamiento para anunciar el inicio de las Fiestas Patronales. El pregonero ha compartido momentos personales, vivencias, acontecimientos familiares, etapas profesionales... con las personas que han acudido a escucharle.
Antes de iniciar su discurso, Javier García ha recibido la trompetilla con la que el Ayuntamiento obsequia a todos los pregoneros de las fiestas. Y tras hacerla sonar, ha salido al balcón para dirigirse al público congregado ante el Ayuntamiento.
Durante la lectura de su pregón ha contado con la complicidad de la Banda Titular del Ateneo Músico Cultural Maestro José Antonio Ayala, a la que se ha referido en su pregón y que ha interpretado varias piezas. Javier García también ha recibido la ayuda de su hijo pequeño, con quien ha pronunciado al unísono las últimas palabra de su pregón con las que ambos han dado por iniciada la Feria de Alhama de 2024.
A continuación, tras el lanzamiento del chupinazo y los fuegos artificiales, Javier García se ha dirigido al salón de Plenos para fotografiarse con familiares, amigos, algunos pregoneros de años anteriores... además de con la alcaldesa María Cánovas, ediles del equipo de Gobierno, de la opisición y los diputados regionales Alfonso Fernado Cerón y Magdalena Sánchez Blesa, que también fue pregonera en 2018, y la diputada nacional Isabel Borrego.
PREGÓN DE FERIA 2024
Javier García López
¡Buenas noches, Alhama! ¿Estais Ready?
Os quiero contar la historia de un crío muy especial para mí. Os quiero contar la historia de un crío que no sabía que era posible:
Había una vez un chaval al que le gustaba asomarse a la ventana de su casa. Era la ventana que daba a la calle. Una de esas calles sin importancia en mitad de dos lugares importantes. Una calle de enlace. Sánchez Vivancos, o calle Sepulcro para los muy antiguos, porque por ahí pasaban los cortejos fúnebres. Paradójicamente, era una calle con mucha vida, con mucha fiesta dentro. Daban testigo de eso vecinos como Micaela la Mioca y su marido Ginés el estrello, muy participativos en las fiestas de aquella época y de antes. Como el abuelo del chaval, Lorenzo, al que no conoció. Lorenzo, el marido de Teresa, tenía fama de disfrutón. Lorenzo era un tipo que sabía cómo se tiene que divertir una persona sin hacer daño a los demás. Porque pensar en los demás era uno de los lemas de esa familia. Facilitar. Mirar a los que tienen menos. Porque nadie es más ni menos que nadie. Porque todos somos iguales por el hecho de existir. Ser enlace.
El chico esperaba todo el año a que llegara la Feria. De hecho, para él el verano no era nada especial. La economía familiar no permitía casas en la playa. Como mucho, alguna salida dominguera en el fin de semana de cada mil que su padre libraba en el trabajo.
No creáis que esperaba con tanta ansia la Feria porque le gustaran los coches de choque o los caballitos. ¡Qué va! Lo que él esperaba con desazón era la música. ¡La música de la banda y los cabezudos! (Aparece la banda tocando el pasodoble festero Fiesta en Benidorm, muy típico de la diana de Gigantes y Cabezudos).
¿Lo escucháis? ¡La Banda! ¡Eso significa que la Feria ya está aquí! Cuántas emociones transmite la música. ¡Qué buena banda tenemos!
El chico del que os hablo era un crío al que podemos llamar ambivalente. Ya sabéis. Esa persona que da lugar a varias interpretaciones. Era un crío tímido fuera de casa. Callado, prudente, reflexivo. Pero en casa era un torbellino. Creativo, atrevido, espontáneo. A su hermana María del Mar y a su hermano José Luis los llevaba de cabeza. Menos mal que eran mayores que él y ponían cordura al asunto. Pero ante todo, era un crío curioso. Era un crío empático. Era un crío responsable. Su madre siempre decía que era un crío muy responsable.
Con la responsabilidad de ser responsable, aquel chaval se pensaba a sí mismo como una especie de viejo con cuerpo de niño. Una especie de Benjamin Button. Y eso que en aquella época no sabía quién era Benjamin Button. En aquella época estaba el crío más pendiente de la Bola de Cristal, del Un, Dos, Tres, David el Gnomo, Willy Fog… Después se engancharía a los Caballeros del Zodiaco y a Óliver y Benji.
Pero esa senda de la responsabilidad lo llevó a lugares que no podía imaginar. De hecho, él no sabía que había cosas que eran posibles.
Con 6 años acompañó a su padre y a su hermano a un ensayo de la banda de Los Azules. Su padre, muy Azul, contagió a la familia su pasión. Aquel chaval miraba con admiración a los músicos. Su padre se dio cuenta, le colgó un tambor y le dijo: 'Ale, a tocar'. Aprendió rápido y a los tres meses salió tocando con Los Azules, vistiendo un traje de los armaos que le prestó su vecina Micaela. Después llegarían la corneta y los requinteos.
Con 9 años acompañó a su mejor amigo a una clase de trombón en la escuela de música. El crío no sabía que era posible estudiar música. Pidió un impreso de matrícula al maestro. Y su madre lo firmó encantada. Y lo logró. El crío no sabía que podía tocar un instrumento musical y tocó… (con voz de susurro) ¿Os cuento un secreto? Aquel niño lleva 33 años tocando la trompeta.
Aunque empezó a colaborar con la banda del pueblo un poco antes, hizo su debut oficial en la Feria de 1993. Desde ese momento, ese niño esperaba todo el año con ilusión a que llegara la Feria… Para tocar en el Festival de Bandas. Porque en los festivales de bandas suena música espectacular, suenan bandas sonoras, suena música clásica emocionante, suenan grandes pasodobles irrepetibles como… (tararea el pasodoble Tercio de Quites y la Banda toca ese pasodoble).
Qué ilusión le hizo al niño ser oficialmente el primer músico de la familia. Y, por supuesto, a la familia también.
Aquel niño no sabía que esas cosas tan maravillosas ocurrían. Tal vez porque, como dicen los teóricos, el contexto determina. Porque su contexto era una familia obrera. Su padre conducía un camión. Y su madre soportaba la dura huella ideológica y sistémica de aquellas mujeres de antes: ser amas de casa o dedicarse a “sus labores”. Pero su padre siempre les decía a él y a sus hermanos que estudiaran. Su padre les decía que estudiaran porque no quería que sus hijos sufrieran lo que él. Y su madre les decía que estudiaran. Su madre les decía que estudiaran porque ella siempre decía que quiso ser maestra. Pero los condicionantes económicos, sociales y culturales de entonces evaporaron aquel deseo.
La música, la trompeta, las buenas notas en el cole, los amigos… Aquel niño tampoco sabía que, igual que pasaban cosas fantásticas, también pasaban cosas muy desagradables. Aquel niño no sabía que un día de 1995 un irresponsable iba a invadir el carril por el que su padre conducía tranquilamente. Aquel niño no sabía que podían pasar cosas tan terribles igual que pasaban cosas tan geniales. Huérfano de padre, con 13 años el crío aprendió que es mejor adaptarse que lamentarse. Abrazar la incertidumbre. Y siguió estudiando y tocando la trompeta. Porque la música ya no lo abandonó jamás. Ese lenguaje de las emociones se instaló en su disco duro.
De la noche a la mañana, el crío responsable se convirtió en un adolescente responsable. El viejo con cuerpo de niño se convirtió en un viejo con cuerpo de joven. Y, como pasaba cuando era niño, con cierta distancia, le gustaba escuchar y mirar por la ventana de su mundo todo lo que ocurría alrededor: la ruta del Bakalao, el nacimiento de Windows, la llegada de Internet, la clonación de la oveja Dolly, su primer Nokia…
Aquel joven tampoco sabía que podía enamorarse de la chica más bella y capaz. Y lo hizo. La chica, Alicia, tampoco sabía que había cosas que eran posibles. Pero quizá por eso ambos entraron en la misma órbita. La órbita más fascinante que han podido experimentar y que dio lugar años después a Tristán, la criatura más deslumbrante del universo.
El viejo responsable con cuerpo de chico crecía. Y pronto descubrió que era un viejo responsable en un cuerpo de hombre. (con incredulidad) Y ese tipo seguía sin saber que había cosas que eran posibles.
A principios de los años 2000 Pepe el Rubio contactó con ese hombre joven para ser el profesor de la banda de Los Azules. Pero él no sabía que fuera posible convertir una banda de cornetas y tambores en una banda que manejara el lenguaje universal de la música. Los chicos y chicas de la banda tampoco sabían que eso era posible. Quizá por eso lo consiguieron. Con algunos volvió a coincidir años después, colaborando con otra agrupación musical de Semana Santa, Nuestro Padre Jesús del Amor.
El joven hizo cosas que creía lejanas y cultivó amistades para siempre. Porque la música… Ay, la música teje lazos invisibles.
Aquel hombre joven no sabía que podía licenciarse en la universidad. Aquel hombre joven no sabía que podía trabajar en el ministerio de la Presidencia ni en el ministerio de Asuntos Exteriores, en Madrid. No sabía que podía hacer su tesis doctoral pasando noches en vela sentado a una mesa del Bar Los Olmos junto a su tío Pedro. E incluso que podía dar clases e investigar en la universidad. Y tampoco sabía que el primer día de clase como profesor de universidad, en Zaragoza, los alumnos le iban a preguntar si sabía quién era el profesor de Planificación de Medios, como si fuera un estudiante más.
El joven maduró. Llegó a ser un hombre responsable. La Universidad a Distancia en Madrid. La Universidad de Murcia… Y llegó la enfermedad de su madre. Y de nuevo la muerte. El hombre responsable recordó entonces que era mejor adaptarse que lamentarse. Abrazar la incertidumbre.
El viejo con cuerpo de hombre y alma de niño llegó a ser Profesor Titular en el área de Comunicación. Un funcionario del Estado, al servicio de todas y de todos. Porque ese niño, que luego fue joven, que luego maduró, siempre creyó ejercer de SER social. Él siempre simpatizó con la gente honesta, con la gente trabajadora, con esas personas de jaldares por fuera y sudor en la frente que te miran directamente a los ojos y que piensan que juntos es mejor que solos.
Él nunca supo que podía conseguirlo. Nunca supo que podía escribir artículos científicos, que podía escribir libros, que podía colaborar en programas de Televisión Española… siempre intentando transmitir una necesaria responsabilidad ecosocial.
Esa responsabilidad lo llevó a asumir la presidencia de la Agrupación Musical de Alhama, siguiendo la estela del anterior presidente y amigo, José Antonio Gómez, el cartero. Respaldado por las diferentes directivas, tuvo que gestionar la delicada transición que supuso la jubilación del alma musical de nuestro pueblo, el maestro José Antonio Ayala.
Al tipo del que os hablo le enseñaron que de bien nacido es ser agradecido. Siempre creyó que debía agradecer al maestro Ayala su labor como artífice de la educación musical de muchos alhameños y alhameñas. Como no sabía que era posible, propuso el cambio de nombre de la asociación. Y la propuesta fue aceptada: Ateneo Músico Cultural Maestro José Antonio Ayala, para dar lustre al nombre del maestro y para agradecer su trabajo. Ateneo de Alhama, para dar lustre a la labor de tantas y tantos voluntarios que hacen posible que la música sea importante en nuestra ciudad.
(Señalando a la banda de música) Mirad qué joya cultural y educativa tenemos ahí. Un compendio de diversidad, de creatividad, de esfuerzo, de disciplina, de sensibilidad, de cooperación. No se ha hecho la estadística, pero estoy seguro de que ahí tenemos uno de los mayores porcentajes de gente preparada, de gente pensante.
Gracias, maestro Ayala. Gracias a todas las directivas que desde 1981 han trabajado de manera incansable y altruista. Gracias a todos los chicos y todas las chicas que han pasado por la Escuela de música. Y gracias a sus familias por creer que la música no es una extraescolar más. La música es un lenguaje necesario para vivir en una sociedad mejor. Y también gracias a las diferentes corporaciones por apoyar la educación musical. Por favor, seguid apoyando esta joya cultural.
El niño, que fue joven y luego fue hombre tampoco supo que la fiesta de Los Mayos podía ser declarada de Interés Turístico Nacional. Ese hombre agradece enormemente a Antonio Ramírez, a Alicia Martínez y a Diego Conesa que confiaran en él para intentar que medios de comunicación de ámbito nacional vinieran a Alhama para después publicar con orgullo y voz alta ¡que la Fiesta de los Mayos es de Interés Turístico Nacional! Lo hizo de manera altruista, sin pedir nada a cambio, porque siempre pensó que fue fácil salir de Alhama. Pero era muy difícil que Alhama saliera de él.
Ese hombre nunca pensó que era posible que lo nombraran pregonero de sus queridas Fiestas. De su querida Feria. De su querida Alhama.
Ese hombre, orgulloso hijo de Pepe el Lechero (o el Ciegaliebres) y de Antonia la Comina, nunca supo que todas esas cosas eran posibles. Pero SÍ supo que no todas las cosas son posibles. Porque él siempre estuvo más a favor de la psicología punki.
De bien nacido es ser agradecido.
Representantes del ayuntamiento, de la corporación, muchas gracias por la cercanía y el apoyo que me habéis brindado. Como dice Víctor Manuel, el que diga que sabe cómo va a ser el futuro, está mal informado. Pero el futuro de Alhama ahora está en vuestras manos y os quiero dar un mensaje de ánimo para que intentéis que Alhama sea cada vez más empática, más verde y siga siendo tan amable con sus vecinos.
Muchas gracias a mi familia. A todos.
Muchas gracias a ms amigos. A todos.
Muchas gracias a la peña El Cocotazo y a los anteriores pregoneros y pregoneras. Muchas gracias Andrés, Martín, Antonia, Isa y tantos otros… Antonia, de nuevo te lo digo, me encantó tu semblanza. Me inspiró mucho para el pregón. Y sí. No sé muy bien si soy uno en dos o dos en uno. Champú y acondicionador. Por eso, en tu honor, me he puesto la camiseta de Batman, el superhéroe que mejor representa esa lucha interna entre dos identidades.
Muchas gracias a Arancha, a Raúl y a mis compañeros de la banda por hacer posible este momento.
Muchas gracias a las peñas. ¡Muchas gracias a las peñas! ¡Sois los artífices de las fiestas de Alhama!
¡Muchas gracias, Alhama! Estoy seguro de que todos y cada uno de vosotros y de vosotras tiene méritos suficientes para ser pregonero.
¡Como ese hombre no sabía que era posible, ese hombre quiere seguir soñando como un niño!
Y Ser curioso, asombrarse, ser sincero y auténtico, tener la capacidad de perdonar y de olvidar, ser creativo, sensible, fuerte, alegre, tener la capacidad de adaptarse a los cambios, solicitar justicia, Vivir el presente... ¡Como un niño!
¡No-saber-que-es-posible!
Ese hombre quiere seguir siendo dos en uno o uno en dos. Niño y hombre. Hombre y niño.
¡Por favor, Disfrutad como niños esta feria inolvidable!
Por eso el niño y yo os queremos decir:
¡¡¡¡Vivan las Fiestas de Alhama!!!!
¡¡¡¡Vivan las alhameñas y vivan los alhameños!!!!
¡¡¡¡Maestro, que no pare la música!!!!
(El pregón termina sonando el archiconocido y festero pasodoble Paquito el Chocolatero, el encendido de luces y los fuegos artificiales).