Magdalena Sánchez Blesa afirma en su poema semanal en Siete Días que no hace falta la recompensa del paraíso o la amenaza del infierno para hacer el bien. Tampoco cree que sea necesaria la existencia de Dios para tratar con respeto y caridad al prójimo. Y afirma que, aunque no crea en Dios, nunca le ofenderá. "No soy creyente, Señor. Soy desgraciadamente practicante", señala.
"No creo en ti, Señor, y no me alegro.
No creo en ti por mucho que he rezado
pidiéndote, Señor, que me redimas
y me perdones este gran pecado.
No creo en ti. Lo siento con el alma.
Pero quiero que sepas una cosa:
cumpliré el Evangelio punto a punto;
cumpliré el Evangelio coma a coma..."