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Cuando hace años la Cruz Roja viajaba en un Seat 124 'tuneado'

Ernesto Martínez recuerda cómo fueron aquellos años de la década de los 60, cuando la ambulancia del municipio era un Seat 124 ranchera del Ayuntamiento al que se le habían quitado los asientos para meter una camilla, el primer vehículo de la Cruz Roja en la localidad

Por Redacción
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sietediasalhamagmailcom/15/15/21
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domingo 03 de marzo de 2024, 22:55h
Era la década de los 60 del siglo pasado y la Cruz Roja acababa de llegar a Alhama de Murcia. Sus primeras dependencias estuvieron en El Pósito, un emblemático edificio que ha desempeñado multitud de funciones desde su cometido original como almacén de grano.

Este domingo, Ernesto Martínez Sevilla, homenajeado por haber sido uno de los primeros voluntarios de la Cruz Roja en Alhama, ha recordado cómo eran aquellos tiempos en los que esta ONG sólo disponía de una habitación.

Fue hace más de medio siglo. En Alhama de Murcia había muchas carencias, como en la mayoría de pueblos de España. Una de las necesidades de la población era recibir una buena atención médica. Precisamente, con ese objetivo en esos años se puso en marcha la Cruz Roja en el municipio. Ernesto Martínez fue uno de aquellos primeros socios fundadores, ejercía como tesorero. Otro vecino que arrimó el hombro fue Ángel Espadas, el presidente.

Empezaron en El Pósito. Años más tarde, el Ayuntamiento cedió el solar donde hoy se encuentra la sede de la Cruz Roja, "que se hizo con ayuda de mucha gente", afirma Ernesto Martínez. Recuerda que no fue fácil. "Los cuatro que habíamos, mi cuñado, el presidente, Lázaro y yo tuvimos que firmar para que nos dieran el dinero. Lo avalamos nosotros".

Poco a poco el proyecto creció, en parte, gracias a Lázaro. "Hacía socios yo no sé cómo. Estaba en el campo y traía cinco o seis socios. Y se fue haciendo esto grande".

En aquella época, en Alhama no había ambulatorio ni las condiciones de vida eran como las de ahora. Entonces la Cruz Roja también repartía alimentos. "Veía mucha gente con bolsas. Mi cuñado Joaquín, el cachorro, era el que daba las comidas. Él siempre ha sido uno de los pilares de la Cruz Roja".

Y las posibilidades de transporte también eran limitadas. De hecho, la Cruz Roja de Alhama sólo contaba con un Seat 124 ranchera cedido por el Ayuntamiento y que había sido 'tuneado' para poder ser utilizado como ambulancia. Le quitaron los asientos de atrás y colocaron allí la camilla. "Era lo que había", se justifica Ernesto Martínez.

Tampoco había chófer para conducir esta peculiar ambulancia. Un voluntario que vivía en El Praíco tenía el vehículo "en el campo, en su casa. Lo llamaban y se dejaba el trabajo para recoger a los enfermos y llevarlos a Murcia. Y luego los traía". Además, recuerda Ernesto Martínez, "su madre y su hermana lavaban las sábanas y las planchaban".

Ahora puede resultar sorprendente esta forma de proceder, pero fue la mejor solución que encontraron los voluntarios de la Cruz Roja en una época en que faltaban ambulancias y los recursos sanitarios escasos. Afortunadamente, había vecinos altruistas.

Hoy las circunstancias son muy diferentes, pero Ernesto Martínez sigue anima a hacerse socio o voluntario de la Cruz Roja porque "hace una labor estupenda".

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