Ayer por la tarde, en la pista de baile de la Cubana, fue la presentación de la lista de María Cánovas por el Partido Popular.
La verdad es que viendo como de bonito quedaba aquello con cuatro cosas (unas luces, un telón y unas sillas de plástico bien puestas), uno no podía sino entender por qué este lugar forma parte de la memoria sentimental de este pueblo. Alguien me contaba "¿Sabes? Yo vi hasta a Manolo Escobar cantar aquí cuando era pequeño".
La cantidad de gente que cabe allí y la cantidad de alhameños que vinieron a acompañarles al parque, con ganas rabiosas de aplaudir, a pesar de tener alternativas con cena fría y música en directo, también fueron reseñables. Todas las sillas ocupadas, un montón de gente de pie, unos alrededor, y otros un poco más lejos, no fueran a salir en las fotos, que ya se sabe que en este pueblo es peligroso, la candidata popular calentando el ambiente para presentar la lista, y. Nos apagaron la luz y el sonido.
La gente, después de un momento de estupefacción, de no saber qué ocurría, lo relacionó y empezó a aplaudir espontáneamente. Qué clásico eso de dejar a oscuras al que ilumina las vergüenzas del gobierno socialista, qué evocador de ese otro momento en el que el pueblo se manifestaba en la puerta del Ayuntamiento y Mariola, en un ejercicio de cinismo y desvergüenza, les apagó también la luz de la plaza.
Disimulen como disimulen, a los socialistas les molesta la mera existencia de personas que no están dispuestas a consentir sus desmanes, de personas que piensen diferente y no estén dispuestas a callar acobardados. A los socialistas alhameños les molesta el ejercicio de la democracia. Solo quieren su simulacro controlado, su simulación hipócrita, pero no la posibilidad real de que el pueblo se defienda de quien le agrede.
Les molesta y ayer, como aquel otro día de la manifestación, "presuntamente", trataron de impedirlo.
Sin éxito.
Si (
No(
