"Esto es un atraco, es un atraco", iba diciendo Alfonso Cerón mientras iba hacia el escenario para dirigir unas palabras a los asistentes a la celebración del 40 aniversario del Club Atletismo Alhama que él ayudó a fundar en 1978. "Esto es un atraco. Yo estaba ahí tan tranquilo... Bueno, diré algo".
Cerón explicó que empezó su carrera de maestro en el Colegio Francisco Franco (hoy Sierra Espuña) en el curso 77-78. Entonces no existía el Club Atletismo Alhama, pero ya había deportistas entrenando.
"Dijeron que había llegado el momento de crear un club y lo creamos. Yo fui el secretario, era el número dos. Estaban Emilio, Sebastián, que era el tesorero...", explicó este sábado durante el acto de celebración.
Aquel primer año, atletas de Alhama viajaron a Zaragoza (los chicos) y a Oviedo (las chicas) gracias a que "ya llevaban bastantes años entrenando".
Barrer antes de correr
La futura pista del Complejo Deportivo Guadalentín era un proyecto que en aquellos años finales de los 70 nadie era capaz de imaginar en Alhama. En esa época, la realidad para los deportistas que entrenaban en el patio del Colegio Francisco Franco pasaba por barrer todas las tardes una pista de un metro de ancho en el patio del centro y trazada en diagonal para que midiera entre 70 y 80 metros de longitud. "Tenían que barrerla antes de empezar porque durante los recreos se llenaba de arena", recordó el entonces secretario del Club.
La 'época dorada del Mitin'
Años más tarde, a principios de los 90, Cerón regresó a Alhama tras un periodo de ausencia. Ocupó el cargo de concejal de Deportes con Diego Martínez Cerón como alcalde, un etapa que coincidió con la 'época dorada del Mitin'.
El Mitin de Pruebas Combinadas trajo a Alhama algunos de los mejores especialistas en declatón y heptatlón. "Tres deportistas españoles hicieron la mínima para ir a una olimpiada... Y los jóvenes debéis saber que aquí compitió Daley Thompson, que era récord del mundo", destacó Cerón.
Miles de ánecdotas
Las anécdotas no dejaron de sucederse durante aquellos años, pero ya no ocurrían en el patio de un colegio. Ahora sucedían cuando había que ir al aeropuerto de Valencia a recoger a un atleta ruso que había llegado a España con su pértiga vía Polonia para evitar los controles en su país y así poder quedarse con los premios en metálico que obtuviese. "Bueno, pues cogimos al Vargas. Le dimos una nota escrita con el nombre del atleta ruso. Y le dijimos: "vete al aeropuerto, vas con el folio por allí y quien te responda, te lo traes". Fue a Valencia, lo trajo y luego lo llevó.
Y no pasó nada. Lo hizo estupendamente", recordó con humor Cerón.
Eran también los tiempos en los que se hizo obligatorio el uso de la foto finish. "Tuvimos que hacer los cursos con Diego Valero para saber manejarla. Era un tinglado. Había que estar siempre detrás para que saliese bien".
Gente que se ha dejado la piel
"A los jóvenes les digo que ha habido mucha gente que se ha dejado la piel", aseguró Cerón. Unos han competido en la pista y otros han luchado desde la Junta Directiva "porque sé que es muy duro aguantar un año tras otro".
El premio: poder practicar un deporte que no sólo educa el cuerpo de los jóvenes, también les hace mejores personas cuando son mayores. Por eso, "cuando todavía vengo alguna tarde a andar por aquí y veo la pista llena de grupos de todas las edades, me da mucha alegría", explicó Alfonso Cerón.