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Danzad, danzad, malditos
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Danzad, danzad, malditos

Espero sinceramente que la comunidad autónoma más restrictiva, la Región de Murcia, y de toda ella el municipio más restrictivo, es decir Alhama, abran los ojos y nos permitan recuperar nuestras vidas, más aun con una incidencia regional y nacional poco más que anecdótica

Por Antonio García Martínez
Al igual que en la famosa película del director estadounidense Sidney Pollack toda España está deseando bailar, aunque en el caso del filme era por una sustanciosa recompensa económica en medio de la Gran Depresión estadounidense, mientras que en la actualidad es porque nuestra forma de vida alegre y muy social nos pide ya bailar después de más de un año y medio de restricciones por el dichoso virus.

A partir de este miércoles 13 de octubre, es decir a partir de hoy, reabren las pistas de baile, lo hacen después de todo este tiempo cerradas y ahora toca reflexionar ¿es que era este un virus juerguista, que solo contagia si mueves el esqueleto? Es importante que reflexionemos sobre este hecho porque uno de los grandes lastres del ocio nocturno al que llevo dedicado casi toda mi vida laboral ha sido precisamente eso, que no se podía bailar y por lo tanto uno de los principales atractivos de salir de fiesta quedaba completamente anulado, porque seamos sinceros, para beber sentados y encima con restricciones nos quedamos en casa, soy yo el primero en entenderlo.

A mis vecinos alhameños no puedo explicarles mucho sobre restricciones, aquí las cumplimos todas y hacemos porque se vea que las cumplimos, pero a veces es necesario plantearse el porqué de estas. ¿De qué ha servido que no se pueda bailar? Básicamente nos ha servido para alentar fiestas en espacios no controlados (domicilios privados y los dichosos campos, que en más de una ocasión han protagonizado un episodio más que decadente). Y ahora la segunda pregunta, ¿qué riesgo representaba hasta hoy o representa bailar? Y hablo de bailar como se bailaba antes, incluso con bastante gente apiñada se ha demostrado que si todos llevamos nuestra mascarilla no hay riesgo real de contagio de un virus para el que ya estamos vacunados.

Con todo esto lo que pretendo es mostrar cómo mucha gente ha estado reprimida de más, sacrificando buena parte de la vida social a la que tenemos derecho, arriesgando la salud y el bolsillo en fiestas clandestinas, y convirtiendo, como de costumbre, lo prohibido en lo buscado.

Ahora dicen que vuelven, pero con aforos tan escasos y sin poder llevar tu bebida en la mano… me da a mí que va a bailar poca gente, y muchos de los que bailen lo seguirán haciendo en espacios privados, de nuevo frenando la economía hostelera y aumentando los riesgos en cuanto a salud se refiere. Espero sinceramente que la comunidad autónoma más restrictiva, la Región de Murcia, y de toda ella el municipio más restrictivo, es decir Alhama, abran los ojos y nos permitan recuperar nuestras vidas, más aun con una incidencia regional y nacional poco más que anecdótica.
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