Mujer

Las luces han vuelto a apagarse en la ciudad,
el mal presagio nos acompaña.
Nuestras imágenes son borradas.
Nuestros sueños mutilados.
Nos impiden estudiar.
No nos dejarán jugar.
Somos objetos y propiedades.
Hoy la oscuridad vuelve a nuestras vidas,
somos objetos y esclavas de los hombres.
No podemos trabajar fuera de casa,
nos está prohibido salir de casa sin nuestros mahram,
no puede atendernos un médico,
nos obligan a llevar burka,
nos prohíben ir a escuelas, institutos,
universidades o cualquier otra institución educativa.
Nos esperan azotes, palizas y abusos.
Como mujer,
sí enseño mis tobillos me azotarán en público,
me apedrearán si mantengo relaciones sexuales fuera del matrimonio,
no puedo usar cosméticos,
no puedo reír en voz alta,
no puedo llevar tacones,
no puedo subir en un taxi,
no puedo practicar deportes,
montar en bicicleta o motocicleta.
Ninguna plaza, parque o jardín puede llevar nombre de mujer,
no puedo asomarme a los balcones o terrazas,
no puedo ir a baños públicos,
no puedo hacerme fotos o videos.
Como mujer ya no existo,
y a nadie le importa…

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“Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que sea la libertad nuestra propia sustancia.” Simone de Beauvoir.