El jueves 1 de julio, Samuel fue asesinado. Lo mataron de una paliza, por su condición sexual. A sus 24 años moría tirado en una calle y, mientras lo pateaban, le gritaban “maricón de mierda”.
Y no es de extrañar. Desgraciadamente, las agresiones contra los colectivos LGTBI demuestran que en España el odio y la LGTBIfobia no cesa y así lo ponen de manifiesto los Observatorios de Derechos LGTBI que alertan de que: “La violencia va en aumento, ya que se está normalizando el discurso del odio por la irrupción mediática de la extrema derecha”.
El componente de odio es más que evidente. La motivación para pegarle una paliza a Samuel se demuestra sola, mientras lo tenían en el suelo, pateándolo le insultaban por su condición, por ejercer su libertad.
Tiempo llevamos escuchando a la extrema derecha en nuestro país, a bombo y platillo, prodigando su mensaje contra los colectivos LGTBI. Aquí se demuestra la verdadera cara de un partido político orgullosamente homófobo que gobierna en muchas de nuestras comunidades autónomas, ciudades, municipios y pueblos de la mano del Partido Popular y Ciudadanos.
- “Ser gay es una condición pasajera. Lo bueno y correcto es tener madre y padre”
- “Las lesbianas no son lesbianas porque les atraen las mujeres, sino porque odian a los hombre”
- “El día del orgullo es una caricatura denigrante”
- “Si mi hijo dijera que es gay, lo ayudaría, reconduciendo su psicología”
- “Suprimir de la sanidad pública las intervenciones quirúrgicas ajenas a la salud (cambios de género, aborto, etc.)
Podría seguir, pero es repugnante el discurso homófobo y por supuesto antidemocrático.
Señoras y señores de la extrema derecha: EDUCACIÓN, DIVERSIDAD Y LIBERTAD.
Post data:
“No hay peros ante la violencia que quiebra nuestra idea de libertad, convivencia y diversidad”, Yolanda Diaz.
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