El 13 de marzo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comunicó su intención de declarar el estado de alarma por la pandemia del coronavirus.
Así empezaron tres meses de confinamiento por la pandemia, pero en la Región de Murcia comenzó unos días antes cuando se suspendieron las clases en los colegios y el presidente Fernando López Miras confinó los municipios costeros ante la llegada masiva de ciudadanos a sus segundas residencias.
Fue la antesala de 2 semanas de estado de alarma, que se convertirían en 14, iniciándose así el movimiento #QuédateEnCasa.
Nuestra rutina se vio interrumpida abruptamente, mientras comenzaron a cancelarse todo tipo de actos, eventos y competiciones. Y el cierre de todo tipo de instalaciones de atención al público y negocios.
La televisión, la radio e Internet han sido la compañía de muchos en las primeras semanas de cuarentena para encontrar información acerca del coronavirus y la evolución de la pandemia, aunque también ante la cascada de informaciones se han colado algún que otro bulo.
Alhama no ha sido ajena a esta pandemia.Por el momento se han registrado 24 casos, pero fue el 12 de marzo cuando se diagnosticó el primer caso en Condado de Alhama. Nuestros municipios vecinos, tampoco. Librilla con dos casos y Totana con 43. En todos ellos, desde el primer momento, los alcaldes han estado al lado de sus vecinos.
Caras conocidas y otras menos, se han colado en nuestras vidas día a día, pero los mejores consejos nos los han dado nuestros médicos y enfermeras. Pero el personal sanitario no ha estado solo luchando en primera línea contra el coronavirus. Policía Local y Guardia Civil han velado por el cumplimiento de las medidas del estado de alarma. Protección Civil y sus voluntarios, asociaciones y oenegés han acompañado a mayores y familias vulnerables para que no les faltara nada.
En estas semanas de emergencia sanitaria, el pueblo ha vuelto a responder por sus vecinos. Una ola de solidaridad con los que más han necesitado de ayuda. Desde el reparto de comida hasta material de protección. Donaciones y colaboraciones que también han llegado de las empresas radicadas en nuestro municipio.
Mientras hemos contemplado atónitos la rápida expansión de la pandemia y nos hemos sentido apenados por las víctimas y sus familias, han sido los pequeños de la casa, los que nos han dado la mayor lección.
Ellos han dado ejemplo y han puesto color a los días grises del confinamiento con sus sonrisas y en las calles con sus dibujos de ánimo. Y se han sumado a los homenajes diarios a las ocho de la tarde con sus aplausos. También han sido los pequeños los primeros que pudieron salir a la calle. Nuestros jóvenes deportistas han arrimado el hombro y no han dejado de realizar sus ejercicios físicos en casa sin perder la sonrisa.
La pandemia nos dejó sin Semana Santa y sin la Fiesta de Los Mayos, aunque ambas se han celebrado este año de una manera diferente. Ya fuera por televisión, la radio o en Internet, hemos podido recordar las procesiones y vivir desde los balcones el Encuentro de Domingo de Ramos.
Calles desangeladas que se volvieron a repetir en la Fiesta de Los Mayos, aunque muchos se esforzaron por mantener las tradiciones con sus plantás, sus cruces y el tradicional corremayos de Malvariche que resonó por las calles de Alhama.
El cierre de toda actividad esencial y no esencial ha provocado estragos a empresas grandes y pequeñas. Pero se ha tratado de darles apoyo y ánimos, desde las Administraciones y ahora de los clientes.
A medida que se ha ido flexibilizando el confinamiento, nos tuvimos que hacer 'amigos' de las mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos.
Y poco a poco se ha ido recuperando cierta normalidad con el regreso del mercado de los martes y la progresiva apertura de muchos negocios que o bien cerraron o bien continuaron trabajando al ralentí.
Ahora toca mirar el futuro con optimismo, manteniendo la responsabilidad para no dar pasos atrás y revivir los días más grises del coronavirus.