El Teatro Velasco no estaba lleno como en las grandes ocasiones. Sin embargo, el concierto del 20 de mayo que ofrecieron Javier Ayala y María Ángeles Ayala fue una cita ineludible para los amantes de la música clásica en nuestro municipio. Allí estaba gran parte de los componentes de la Agrupación Musical de Alhama, encabezados por su director, José Antonio Ayala, padre de uno de los músicos que estaba sobre el escenario y tío de quien se encontraba al piano.
El recital del oboista Javier Ayala y de la pianista María Ángeles Ayala forma parte del ciclo de Música de Cámara 'Con Forza', que ha traído a grandes interpretes hasta nuestro municipio. Una semana antes ofreció su concierto el Cuarteto Slap en la Casa de la Cultura. Y el 20 de abril fue la ocasión de disfrutar del concierto dirigido a los más pequeños ofrecido por Adara Ensemble en la Plaza Vieja.
Músicos de alto nivel
La oferta musical de tan alto nivel como la de este ciclo de conciertos no es habitual en nuestro municipio. En el caso del último concierto de oboe y piano, Javier Ayala forma parte de la Orquesta de Jóvenes de la Región de Murcia y de la Joven Orquesta Nacional de España. Inició sus estudios en la Escuela de Música de Totana y posteriormente continuó su aprendizaje en el Conservatorio de Lorca.
Al finalizar sus estudios de Grado Medio, obtuvo el Premio Nacional de Educación dentro de las Enseñanzas Profesionales de Música.
En la actualidad, Javier Ayala realiza el Tercer Ciclo de Enseñanzas Superiores de Músicas en el Conservatorio Superior de Murcia.
Por su parte, María Ángeles Ayala está acostumbrada a ofrecer conciertos desde muy joven. Algunas de sus interpretaciones las ha realizado con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. Actualmente estudia en el Real Conservatorio Superior de Madrid.
A los 13 años consiguió el Premio Especial al Mejor Intérprete de la obra de Bach. Y dos años más tarde obtuvo un reconocimiento en París.
Ambos consiguieron que la música clásica flotara por el Teatro Velasco llenando cada uno de sus rincones mientras, en los asientos, un público entendido asistía entusiasmado a la interpretación.