La lluvia, que obligó a suspender la Procesión de la Santa Cena este Jueves Santo, dio una tregua a los del Paso Blanco.
Puntual, la Procesión del Silencio discurrió por las calles del casco urbano arropada por decenas de alhameños que no quisieron perderse tan especial momento.
Máxime porque hasta horas antes no se había decidido aún si la lluvia permitiría a la Cofradía San Juan Evangelista salir a la calle.
Finalmente, los tronos procesionaron con el calor de la devoción alhameña y el silencio que impera en esta salida, únicamente roto por las saetas que se sucedieron a Jesucristo y la Virgen María durante el recorrido.