Aficionados y coleccionistas de estas viejas glorias del motor volvieron a reunirse en La Costera en una cita que ya se ha convertido en imprescindible dentro dle programa de fiestas de la pedanía.
Además de exhibir sus vehículos y de compartir conocimientos y experiencias con los asistentes, los propietarios de estos automóviles tuvieron la oportunidad de demostrar sus dotes al volante y de dejar patente el grado de conexión y entendimiento con sus respectivos copilotos. Este 'examen' fue posible gracias al concurso de aparcamiento a ciegas: los conductores llevan los ojos tapados y deben estacionar sus automóviles siguiento las indicaciones de sus acompañantes.
La pareja más habilidosa y mejor concectada tuvo premio. Bartolomé, de la Asociación de Vehículos Clásicos de Mazarrón, y su acompañante se llevaron un jamón.