El acto ha tenido lugar en el Salón de Plenos y ha contado con la presencia de la delegada del Gobierno en la Región de Murcia y ex alcaldesa, Mariola Guevara, así como de la alcaldesa, Rosa Sánchez, acompañada por miembros del equipo de Gobierno. Al evento también ha asistido el ex alcalde, Diego Conesa y las ex concejalas, Pepa Aledo y María José López, además de numerosos compañeros, tanto actuales como antiguos, quienes han querido acompañar a Cánovas en este momento tan significativo.
Durante la ceremonia, la alcaldesa le ha hecho entrega del pin conmemorativo que el Ayuntamiento otorga a los empleados municipales que finalizan su etapa laboral, como símbolo de reconocimiento a su compromiso, responsabilidad y servicio a la ciudadanía.
Tras la entrega del distintivo, José María Cánovas ha pronunciado un emotivo discurso que ha conmovido a los asistentes. En sus palabras, cargadas de gratitud y emoción, ha agradecido a compañeros de trabajo, responsables públicos y a su familia por el apoyo recibido a lo largo de su trayectoria.
“Como el agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien, según escribió mi admirado Francisco de Quevedo, voy a agradecer en primer lugar a mis compañeras y compañeros servidores de lo público. Yo he sido uno más, un servidor de mi pueblo y mi vocación ha sido servir al bien común. Creo haber actuado con honestidad, integridad y responsabilidad y haber respondido a las expectativas que depositaron en mí los concejales y concejalas que pasaron a lo largo de los años por este Ayuntamiento, y a todos los ciudadanos, personas que tuve el honor de atender y servir, y quiero darles las gracias empezando por quien fue mi primera concejala y quien creyó en mí, Pepa Aledo y Juan Andreo. Y gracias, María José, mi última concejala, con la que tantas cosas buenas compartí.
A todos los alcaldes y alcaldesas y sus respectivas corporaciones. En especial a Diego Conesa, Mariola y Rosa y su equipo de Gobierno por llamarme para este pequeño acto. Casi 40 años de servicio público, de servicio a los ciudadanos y ciudadanas de Alhama, que son los que nos pagan y para los que trabajamos todos los funcionarios.
Gracias a mis compañeras y compañeros, sobre todo al Centro de Formación y Empleo. A todos los que llamaron y se preocuparon por mí cuando pasé un bache de salud mental. A todos los que no están ya con nosotros, en especial a los que se fueron muy pronto: Águeda Cerón, Rami y Constantino. Se les echará mucho de menos.
Gracias a mi familia, en especial a mi mujer Mari Carmen, que me apoya en todo. Tu amor me hace cada día mejor. Y mis dos hijos, José María, Guillermo y Paula, mi nuera, que han sufrido mis malos ratos y disfrutado de los buenos. A mis padres, María y Pedro, a mi hermana Encarna que está en el cielo, y a las hermanas que me ha dado la vida: Isa, Elena y Eva, que tanto me ayudaron a salir de la depresión que sufrí. A mis cuñados Javier, José Manuel y Salva, a mis sobrinos y sobrinas, y a mis suegros Antonio e Isabel (la primera servidora pública que trabajó toda su vida en La Renfe, que tanto me enseñó sobre ser y actuar con imparcialidad y respetando a los compañeros), que han cuidado y siguen cuidando de mí. A mis consuegros Antonio y Rufi, que siempre me acompañan en los actos públicos. Y a mis amigos Alfonso y Mateo, que siempre han estado desde que éramos unos críos en el instituto.
Y nada más, compañeros y compañeras, me voy con el pensamiento de que no todo está perdido y que se pueden hacer las cosas bien en este Ayuntamiento, y que ahora, por fin, estamos en buenas manos. ¡Gracias de corazón!”
El acto concluyó entre aplausos, abrazos y palabras de afecto, en un ambiente de cercanía y emoción que reflejó el cariño y respeto que José María Cánovas ha sembrado a lo largo de los años en el ámbito municipal.