Magdalena Sánchez Blesa dedica su poema semanal en Siete Días a esas mujeres abnegadas que sacrifican sus sueños, proyectos y esperanzas para volcarse en la atención de sus hijos primero y, más tarde, en el cuidado de sus nietos.
Esta vez, la escritora hace protagonistas a las madres y abuelas que cuando empiezan a no poder más y piden ayuda a su familia, no siempre la reciben o muchas veces la obtiene tarde. Y sólo, cuando ya ven que no pueden más y están en el último tramo de su vida, tal vez sus hijos les pregunten por sus sueños. Esos mismos proyectos que tuvieron que dejar de lado para ocuparse primero de ellos y luego de sus "hermosos nietos".
Volverás a decirles que hay polvo en la repisa,
que hay manchas en el suelo,
que tú no puedes sola,
que está rota tu espalda,
que te duelen los huesos.
Volverán a decirte que ellos no tienen tiempo,
que qué razón que llevas,
que esperes, que mañana,
que pasado, que luego.
Pasará otra semana, otro mes,
el verano, el otoño, el invierno...