28 años de aquel día. Unos días que nadie podrá olvidar jamás. Apenas tenía 10 años cuando tenía a mis padres pegados a la pantalla de televisión. La preocupación y el llanto se había vuelto algo normal durante estos días. Una nueva víctima de ETA era secuestrada y toda España temía lo peor.
El pueblo salió a la calle, a plantar cara al terrorismo de España. A cara descubierta y sin miedos las plazas se llenaban de gente exigiendo la libertad de Miguel Ángel. Mano blancas y cánticos estuvieron latentes días hasta su asesinato.
De poco nos sirvió. De poco sirvió esa lucha del pueblo cuando ahora tenemos a sus herederos en el gobierno tomando decisiones por todos los españoles. ¿Que se ha hecho mal para que esto pase?
Seguirás en la memoria de todos Miguel Angel, tú y todas las víctimas de ETA.
Ni olvido ni perdón