Dar a conocer para ayudar a su conservación u ocultar para evitar el deterioro y los daños intencionados. La eterna cuestión de quienes son responsables de cuidado de los recursos naturales estuvo planeando insistentemente este jueves en el Museo de Los Baños durante la charla que ofrecieron Néstor Yelo y Cristina López, técnico de Conservación y responsable del Servicio de Atención al Visitante del Parque Regional de Sierra Espuña, respectivamente.
Ambos expertos participaron en la charla 'Gestión de senderos en Sierra Espuña', organizada por la Asociación Meles. Los asistentes pudieron conocer los trabajos que están llevando a cabo los técnicos y la titánica tarea que tienen por delante debido a la desproporción entre los recursos humanos disponibles y las dimensiones del Parque. También hablaron de su riqueza patrimonial, cultural y, por supuesto, medio ambiental. Recordaron cómo se llevó a cabo su ejemplar recuperación después de haber perdido gran parte de su masa forestal. Y plantearon la necesidad de imponer restricciones en el acceso a determinadas zonas durante épocas concretas para no perjudicar el proceso reproductivo de determinadas especies animales.
Todos estos asuntos se abordaron con la gestión de los senderos como telón de fondo. Ambos expertos explicaron las labores de recuperación y restauración que se están llevando a cabo, eliminando los atajos añadidos a los trazados originales y que tienen un impacto muy negativo sobre la vegetación, lo que, a su vez, favorece la erosión durante episodios de fuertes lluvia.
Una de las conclusiones fue que la concienciación ciudadana de respeto hacia el medio ambiente es imprescindible para conservar un espacio natural como el Parque de Sierra Espuña y al mismo tiempo poder disfrutar de este entorno. En este sentido, el respeto a la indicaciones y señalizaciones ubicadas en diferentes parajes es fundamental.
Otro de los aspectos tratados fue la presión que ejercen los visitantes. En el último año, las estimaciones cifran en 130.000 el número de personas que acudieron a disfrutar de Sierra Espuña. Ante esta situación, se planteó la posibilidad de fijar un máximo de visitas diarias, como ya se ha establecido en otros parques, sobre todos para aquellas zonas más sensibles.
Más tarde, durante el turno de preguntas por parte de los asistentes a la charla, quedó claro que el futuro del Parque está en manos de quienes lo visitan. Del nivel de concienciación, del uso responsable y del respeto medioambiental que demuestren quienes recorren esos parajes depende que Sierra Espuña continúe siendo una joya natural y ejemplo de recuperación ecológica o que impiece un deterioro por la falta de civismo y el exceso de presión turística.