Estas semanas hemos asistido a un intercambio de artículos y acusaciones varias entre el PP y el PSOE en las que el primero denunciaba que a partir del 1 de noviembre se cerraría, por orden de Delegación de Gobierno, el cuartel de Alhama por las tardes, y los socialistas repetían que no, que no era verdad, que el cuartel no se iba a cerrar. La verdad, si usted se acerca cualquier tarde al cuartel (esperemos que no porque tenga necesidad, sino solo por curiosidad), lo verá cerrado, con un cartel en el que pone el número de la guardia civil.
EL PSOE alhameño afirma con pasión que eso es lo mismo que que el cuartel esté abierto, es más, es mejor, porque así se adapta el trabajo de los agentes a las demandas de los ciudadanos (será que, aunque usted y yo pensemos que no, hay muchos ciudadanos que han escrito a Delegación pidiendo que el cuartel de Ahama, por favor y por lo que más quiera la Delegada, se cierre por las tardes, quienes somos nosotros para dudar de la palabra del PSOE).
Se queda uno pensando dos cosas preocupantes cuando les oye y les lee afirmar tal cosa. La primera, que si consideran preferible la situación de que el cuartel esté cerrado por las tardes y que haya que llamar y esperar a que alguna patrulla deje lo que esté haciendo, sea lo importante que sea, para atender al ciudadano, es cuestión de tiempo que pidan que también se cierre por la mañana. Total, si según ellos es mejor ¿no?
La segunda cosa es qué razones tendrá Delegación de Gobierno para acometer este cambio que muchos vecinos consideran que es a peor. De momento dicen que aumentar en una las patrullas circulantes en Alhama, al no tener que quedarse nadie en el cuartel. Sin embargo, los ciudadanos somos mal pensados a fuerza de experiencia, y la experiencia dicta que nadie puede saber cuantos guardias civiles hay patrullando en el pueblo en un momento determinado hasta que los necesita, así que, cuando ese refuerzo actual se elimine, se hará de manera disimulada, primero de forma temporal, y luego alargando una reposición que no se hará. Y quien dice eliminar el refuerzo, dice disminuir el número de efectivos destinados. Y esto en un contexto de fuerte y sostenido aumento de la población y la criminalidad, que no olvidemos que esta última aumentó en Alhama un 11% respecto al año pasado.
Uno se imagina a Antonio García como una especie de Sancho, diciéndole a la concejal de Seguridad “No, vuesa merced, que no le engañen sus ojos, no mienta, que no está cerrado el cuartel, eso es solo lo que parece, que en realidad está abierto y funcionando mejor que nunca”, que sí que es verdad que era Sancho el que solía abogar por la realidad y Quijote por la fantasía, pero es que resulta difícil, poniéndolos los dos a la par, asignar los roles de otra manera.
En fin, que curiosamente es posible que 'la criminalidad', o más bien su registro, baje en Alhama el año que viene, no por nada, sino porque la gente, ante la necesidad de perder de trabajar por ir a denunciar un delito, es posible que se lo piense más, y que parece que en el partido socialista, ser capaz de negar la verdad fácilmente comprobable por los propios vecinos, sin pestañear y con golpes de pecho, parece una prueba de mérito necesaria para ascender. Al fin y al cabo, solo hay que ver a su secretario general, el señor Pedro Sánchez Pérez-Castejón.