El pabellón deportivo del Colegio Azaraque despidió el viernes a los alumnos de 6º de Primaria para recibir el próximo curso a los nuevos estudiantes de Secundaria. El emotivo acto de graduación sirvió para recordar los momentos de alegría pasados y también aquellos de incertidumbre, como los generados por la pandemia en 2020. Una de las docentes rememoró cómo se despidió de los alumnos aquel año confianda en volver a encontarse con ellos en sólo unos días, pero no los volvió a ver hasta el curso siguiente.
Sin embargo, después de ese largo camino de éxitos y fracasos, de trabajo duro y recompensas... el viernes los alumnos celebraron el acto de graduación de una de las más importantes etapas de formación académica.
Bajo a atenta y orgullosa mirada de sus padres y familiares, los estudiantes recibieron las palabras de ánimo de antiguos compañeros que ya han comenzado la ESO. Estos alumnos les explicaron que es normal sentir miedo, incertidumbre o nervios por iniciar un ciclo superior con nuevos profesores y métodos. Sin embargo, su compañeros les garantizaron que todo va a ir bien y les aseguraron que van a vivir unos años que no olvidarán nunca. También les aseguraron que bastará con que pongan un poco de su parte para superar los cursos de Secundaria.
Después de las palabras de ánimo, llegó el momento de imponer los birretes, las becas y de recibir los diplomas, un momento que los padres y familiares de los niños estaban esperando con nerviosismo para tratar de inmortalizarlo con sus móviles, cámaras fotográficas y de vídeo.
El viernes, el pabellón deportivo se llenó de sentimientos de orgullo y al mismo tiempo de añoranza rememorando aquellas primeras experiencias vividas cuando los alumnos empezaron Primaria. Unos recuerdos que, a pesar de los años transcurridos, parece que corresponden a unos hechos ocurridos ayer.
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