Sabemos que alrededor del mundo más de 22 millones de personas se han contagiado y que 775 mil muertes deja tras de si esta terrible pandemia.
Cada uno de nosotros tenemos derecho a decidir, creer e inventar lo que nuestras mentes den de sí, pero la verdad es la que es.
360 mil españoles se han contagiado y 29 mil personas han perdido la vida en nuestro país. Me parece que son motivos, tremendamente razonados, para imponer una verdad tan simple como el uso de una mascarilla.
No quisiera tener que volver a sentarme a contemplar como el número de muertes aumenta diariamente, no quiero que colapse el sistema sanitario, no quiero ver familias destrozadas por no poder acompañar en sus últimos momento de vida a sus seres queridos, ni contemplar cómo se entierra a un padre, una madre o un hijo en la estricta soledad.
No quiero volver a ver ciudades y pueblos vacíos, rotos y ausentes. Ni colegios, parques y calles mudos.
Porque usted quiera hacer uso de su libertad y no quiera respetar las medidas higiénico sanitarias, usar mascarilla y en su ignorancia supina invente conspiraciones paranoicas.
Negar las cifras de fallecidos, los contagios y el sufrimiento de miles de familias es ignorancia, es maldad y poco tiene que ver con el derecho a la libertad.
Si usted ejerciendo su derecho a la libertad pone en riesgo la salud de quien le rodea, temo decirle que eso no es libertad.
Le guste o no le guste, es ignorancia, es estupidez y debería hacérselo mirar.