Nacido en Chicago en 1955, con raíces franco-italianas y españolas, Robert Francis Prevost ha dedicado décadas de su vida al servicio pastoral, especialmente en Perú.
En toda esta elección siempre llama la atención el cambio de nombre. El Papa ha escogido ser llamado León XIV y esto no es casual. En la Biblia, Dios cambia el nombre de las personas a las que le da una misión. Este acto habla de una transformación o un nuevo comienzo de la persona. Esto es algo que también ocurre con la elección del nuevo nombre de un Papa, porque marca el inicio de una nueva etapa en su vida. Cambiar de nombre al asumir el papado es una tradición que comenzó en el siglo VI, cuando el papa Juan II decidió no mantener su nombre pagano de nacimiento, Mercurio. Desde entonces, cada nuevo Papa elige un nombre que expresa su visión y el legado que desea continuar.
Comienza una nueva etapa para la Iglesia. Que el Espíritu Santo lo guíe.