Un puesto donde no basta con evitar tomar decisiones ni preocuparse solo por las fotos de perfil. En un cargo que exige decisiones diarias, sus carencias se hacen evidentes ante la opinión pública regional, mucho más crítica que la local, que solía manejar con presiones y subvenciones.
Desde su llegada, Mariola ha demostrado su incapacidad, comenzando con la vergonzosa gestión de la rave de Fuente Álamo. Durante su mandato, ha utilizado de manera torticera a la Policía y la Guardia Civil para fines políticos.
Hoy queda claro: no sólo lanza a la Policía contra los estudiantes, sino que además los deja a sus suerte, evadiendo cualquier responsabilidad.